miércoles, 20 de noviembre de 2019

Gog y Magog: ¿cuál es el significado de Apocalipsis 20:8?


Pregunta: ¿Quiénes son ‘Gog y Magog’ que rodean y atacan a ‘los santos’, tal como menciona Apocalipsis 20:7-8?

Repasemos el texto del que proviene esta pregunta.

"Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió” (Apocalipsis 20:7-9).

El contexto de Apocalipsis 20:1-6 describe un período de 1,000 años durante el cual Satanás está "atado". Durante este mismo tiempo, el pueblo de Dios reina y tiene un régimen pacífico en comparación con los tiempos de persecución extremadamente violenta.

Los 1,000 años representan simbólicamente una era de victoria total para el pueblo cristiano. No se refiere a un milenio literal con Cristo reinando en la tierra desde Jerusalén como alegan los milenialistas.

Observe, entonces, que después de este período de relativa tranquilidad, Satanás es liberado nuevamente por un "poco de tiempo" (Apocalipsis 20:3b).

Esta es una señal de que la persecución está a punto de desatarse nuevamente con una furia breve pero intensa. Habrá un intento de "engañar a las naciones".

¿Cómo ocurrirá esto? Probablemente destruyendo las Escrituras, como se intentó durante la Edad Media. O, al menos, anulando su influencia en los corazones de las personas.

Al mismo tiempo, Satanás tratará de aprovechar la oportunidad en un último esfuerzo para aplastar a los hijos de Dios.

Intentará hacer esto a través de cierto agente, que estará a su disposición con el permiso de Dios, como en el caso de la persecución de Job (comp. Job. 1: 1 y siguientes).

Este instrumento del mal se llama "Gog" y "Magog". El artículo griego califica ambos sustantivos, sugiriendo una sola entidad. Algunos sostienen que Magog es simplemente el reino de Gog (ver más abajo).

Esta fuerza maligna "rodeará el campamento de los santos" en lo que parece ser una victoria segura. Pero el Señor tendrá la última palabra. El fuego desciende del cielo destruyendo al enemigo.

El trasfondo del Antiguo Testamento de Gog y Magog

Todo estudiante serio de Apocalipsis es consciente del hecho de que las imágenes de este último libro del Nuevo Testamento son tomadas del Antiguo Testamento.

Así, el Apocalipsis se convierte en una especie de "libro de códigos". La clave interpretativa de la visión se encuentra en el Antiguo Testamento. El último mensaje de la Revelación de Cristo es la gloriosa profecía de su triunfo final por la Causa del Todopoderoso.

El fondo detrás de los nombres Gog y Magog se encuentra en el libro de Ezequiel. En ese libro, ciertas fuerzas hostiles se levantaron contra Israel.

Ezequiel recibió instrucciones de denunciar a estos enemigos y profetizar su derrocamiento por parte del mismo Señor. Aquí está el texto:

"Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Y te quebrantaré, y pondré garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud con paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas” (Ezequiel 38:1-4).

La identificación de esta entidad malvada ha sido durante mucho tiempo un punto de controversia entre los estudiosos de la Biblia. Claramente, sin embargo, el Gog de Ezequiel representaba un poder siniestro que vino contra el antiguo Israel, pero que fue derrotado.

Los expositores están divididos en cuanto a qué exactamente era esta fuerza. Vos identificó a Gog con Giges (apróx. 680-645 a. C.) un rey de Lidia (514). Pero Harrison argumentaba que otras posibilidades son igualmente válidas. Tal vez fue el Gaga mencionado en las tabletas de Amarna o Gago, rey de la ciudad-estado de Sabi (890).

El profesor William White creía que: "quizás la aplicación más atractiva es la de los seléucidas de los días de Antíoco Epífanes".

Él señalaba que no era raro emplear un nombre anterior para un poder posterior como una manera de evitar el peligro político si se hubiera mencionado el nombre real. Observaba, además, que el territorio de los seléucidas estaba centrado en el norte de Siria e incluía también "Mesec y Tubal en Asia Menor" (42-43).

La aplicación en Apocalipsis

Si la aplicación histórica precisa de la profecía de Ezequiel se puede identificar con certeza es irrelevante.

El punto es este: Un enemigo despiadado que poseía un poder aparentemente abrumador vendría contra el pueblo del Señor. Pero Israel no sería vencido. Jehová mismo intervendría y sería su Salvador.

En el Apocalipsis, Juan toma prestada esta imagen del antiguo profeta y la aplica a lo que algunos estudiosos creen que es un asalto final lanzado contra la verdad en algún momento antes del regreso de Cristo. Se desconoce cuándo podría ocurrir esto, tal vez muy cerca del Día del Juicio.

En qué forma podría manifestarse tampoco se revela. Pero el resultado es seguro.

Es posible que la expresión "la guerra" sea análoga a "la guerra del gran día de Dios Todopoderoso" (Apocalipsis 16:14; véase Apocalipsis 20:8 y tenga en cuenta el artículo definido, como se expresa en los mejores textos griegos - ASV). Toda la furia de este conflicto se describe en Apocalipsis 19:11-16.

Se puede presentar un caso sustancial para la opinión de que esta es simplemente una imagen equivalente al Día del Juicio. En ese día, Dios demostrará su ira final contra todos sus enemigos.

La verdad principal que se deduce de la profecía es esta. Así como Ezequiel profetizó la entrega del pueblo de Dios en la antigüedad, así serán entregados nuevamente, total y finalmente como lo establece la imagen de la visión de Juan en Patmos.

Como se ha observado muchas veces (y casi universalmente por los eruditos), la "victoria" es el tema principal del libro final de las Escrituras.

Pensamientos finales

Hay un punto final que podría mencionarse para una mayor reflexión.

Si un escritor no inspirado hubiera compuesto esta narración, es muy poco probable que la narración se hubiera desarrollado como lo hizo en este caso.

¿Habría sido retratado el pueblo de Dios como perseguido sin piedad? ¿Se habría descrito a Satanás como si se le permitiera escapar de su prisión durante esos simbólicos "mil años"? ¿Habría sido liberado para perseguir nuevamente a través de sus agentes antes de la destrucción final del mal?

Este escenario no parece ser probable según la manera de los novelistas ordinarios. La narración del apóstol indica una guía sobrenatural.

Obras Citadas

  • Harrison, RK 1988. Gog. Baker Encyclopedia of the Bible, ed. Walter A. Elwell. Grand Rapids, MI: Baker.
  • Vos, Howard. 2003. Wycliffe Historical Geography of Bible LandsPeabody, MA: Hendrickson.
  • White, William, Jr. 1984. Theological & Grammatical Phrasebook of the BibleChicago, IL: Moody.


¿Ante cuál ley eran responsables los gentiles de la antigüedad?


Pregunta: En la era del Antiguo Testamento, los judíos vivían bajo la ley de Moisés. Pero ¿qué con respecto a los antiguos gentiles? ¿Ante cuál ley eran responsables?

Esta es una pregunta que es desconcertante para muchos estudiantes de la Biblia. Desarrollemos algunos puntos fundamentales que ayudarán a proporcionar una respuesta a esta duda.

La ley de Moisés

La nación hebrea se organizó oficialmente en el momento de su salida de Egipto. Dios trajo a este poderoso cuerpo de personas (de unos dos a tres millones de almas) a la región del Sinaí. Allí les dio un código escrito para regular sus actividades morales y religiosas.

Los Diez Mandamientos constituyeron el núcleo de esa ley. Sin embargo, estas reglas fueron reforzadas con un extenso cuerpo de ordenanzas suplementarias.

Además, los hebreos tenían profetas que les ampliaban el mensaje de Dios en el camino. El régimen mosaico proporcionó un sistema de sacrificios específico para el pueblo israelita, por el cual se otorgó la expiación del pecado con la mira puesta en el Salvador que vendría (ver: Gálatas 4:4; Heb. 9:15). Además, éste contenía un elaborado sistema de adoración.

En su carta a los efesios, Pablo empleó imágenes gráficas que indicaban que la ley mosaica constituía una "pared intermedia de separación" que dividía a los judíos de los gentiles (Ef. 2:14). La figura sugiere una barrera que crea una distinción entre dos partes. Claramente, ese vívido simbolismo subrayó el hecho de que los hebreos y los gentiles no estaban bajo sistemas religiosos idénticos.

La ley patriarcal

Antes de la entrega de la ley mosaica, el mundo entero estaba bajo lo que comúnmente se llama ley patriarcal. El padre de cada hogar era el sacerdote de la familia, por así decirlo. Dirigía la adoración ofreciendo sacrificios a Dios.

El Señor se comunicaba directamente con la gente de varias maneras. A veces lo hacía por sueños (Génesis 31:11). A veces empleaba visiones (Génesis 46:2) o manifestaciones corporales (Génesis 18:1). Y a veces nombraba emisarios como Melquisedec (véase Génesis 14:1 y sig.; comp. también Hebreos 1:1).

El sistema de adoración patriarcal está bien ilustrado en la vida de hombres como Job (comp. 1:5) y Abraham (Génesis 12:8; 13:4, etc.). Un historiador ha observado: "El concepto patriarcal del 'Dios de los padres' es paralelo a las antiguas tablillas asirias del siglo XIX a. C. encontradas en Cappacodia" (Yamauchi, 1290).

Cuando los hebreos fueron separados del resto de la humanidad como un "pueblo santo" para la "posesión propia" de Jehová (Deut. 7:6; 14:2), los gentiles continuaron bajo el sistema patriarcal hasta que se les ofreció el evangelio. El régimen patriarcal fue reemplazado por el sistema internacional cristiano (Hechos 10).

Romanos 1:18 y siguientes muestra cómo esos antiguos gentiles eran responsables ante Dios por sus creencias y conducta. Pablo amplía aún más el punto en Romanos 2:12-16 al afirmar que incluso los patriarcas, que no tenían revelación escrita del Señor, poseían un sentido de la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto (llamado "conciencia").

Cuando rechazaron lo que sabían que era correcto y aceptaron lo malo, fueron condenados.

Cuando los gentiles pecaron (y no puede haber pecado sin ley - Ro. 4:15; 1 Jn. 3:4), fueron castigados. En última instancia, esas naciones antiguas serán juzgadas por la "luz" que poseían, y no por lo que está disponible hoy a través de las Escrituras. Hoy, estamos bajo una medida significativamente mayor de responsabilidad en esta era.

A veces, ciertos gentiles se unían a los hebreos por medio del procedimiento del "proselitismo". El día de Pentecostés, se reunieron en Jerusalén "judíos y prosélitos" (Hechos 2:11; comp. 6:5; 13:43).

Esto significaba que los gentiles varones recibían la circuncisión, y todos los "convertidos" al sistema israelita aceptaban las responsabilidades de la ley mosaica. Incluso había un lugar en el templo (llamado el Atrio de los Gentiles) para ubicar a estos adherentes al judaísmo.

Énfasis en el Antiguo Testamento

El estudiante de la Biblia debe entender que el Antiguo Testamento da mucha más importancia a la historia de la nación hebrea que a las condiciones religiosas de los gentiles. Y hay una muy buena razón para esto.

Los escritores del Antiguo Testamento, bajo la mano directora de Dios, se interesaron principalmente en relatar la historia del desarrollo del gran plan de redención de Jehová que debía ser consumado por la obra de Cristo.

Dado que el Señor estaba usando al pueblo israelita en la implementación de su propósito sagrado, es comprensible que se le haya prestado más atención a estas personas y a sus prácticas de adoración, que eran una "sombra de lo que vendrá" (Col. 2:17; comp. Hebreos 8:5; 10:1) que a los gentiles.

Sin embargo, esto no implica que el Todopoderoso no se preocupara por los gentiles o que estos estuvieran fuera del alcance de la salvación. La reprensión que Dios hace a las naciones a través de sus profetas (comp. Amós 1; Jer. 46-51) es un amplio testimonio de su responsabilidad ante el Creador.

Y el esfuerzo misionero de Jonás hacia el pueblo de Nínive en la lejana Asiria es una hermosa ilustración del interés del Señor en el pueblo gentil, aun cuando el enfoque principal permanecía en la nación de Israel.

Obras Citadas

Edwin M. Yamauchi, Edwin M. 1999. “Partriarchal Age,” Wycliffe Bible DictionaryPfeiffer, Vos, Rhea, Eds. Hendrickson: Peabody, MA.



¿Los ángeles ministran a los cristianos hoy?


Pregunta: “Por favor explique Hebreos 1:14. ¿Los ángeles ministran a los cristianos hoy?

El pasaje inspirado plantea esta pregunta: "¿No son todos ellos [los ángeles] espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?" Hay varios puntos dignos de mención aquí:

Primero, como la pregunta está enmarcada en el Nuevo Testamento griego, existe el uso de la partícula negativa ouchi (no) dentro de la pregunta. Este tipo de construcción implica una respuesta afirmativa esperada. Entonces el sentido es: "Son espíritus ministradores, ¿no es así?" Y así es, sí, los ángeles son espíritus que ministran al pueblo del Señor.

Segundo, el participio "enviados" es una forma de tiempo presente. Sugiere que los ángeles son enviados continuamente por Dios, ya que las necesidades humanas corresponden a la voluntad divina. Funcionan como servidores a favor de aquellos que han heredar la salvación, es decir, disfrutarla en su fase final: en el cielo.

Pero, ¿cómo logran los ángeles estas misiones? Uno no puede concluir que este fenómeno es milagroso, porque el Nuevo Testamento claramente enseña que la era de los milagros ha terminado (1 Corintios 13:8-10; Efesios 4:8-16). Dado que la era sobrenatural se ha ido, y solo queda la actividad providencial de Dios (es decir, la administración divina de la ley natural), uno debe concluir, creo, que de alguna manera Dios emplea ángeles en la implementación de su voluntad providencial a favor de sus santos en el mundo de hoy. Esta parece ser una conclusión razonable, pero más allá de esto no debemos especular.

Ciertamente no hay evidencia de que los ángeles realmente aparezcan hoy, manifestándose en forma humana, como lo hicieron en la antigüedad cuando la revelación divina se estaba implementando sobrenaturalmente (ver Hechos 10).


¿Enseña Juan 6:37 la “predestinación” calvinista?


El pasaje en consideración dice lo siguiente:

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera”.

Primero, el estudiante de la Biblia necesita recordar esta premisa. Las Escrituras son la palabra inspirada de Dios (1 Tes. 2:13; 2 Tim. 3:16-17). Viniendo, entonces, de Jehová como la fuente suprema, no se contradicen a sí mismas; en cambio, son perfectamente armoniosas (Deut. 32:4; 1 Cor. 14: 33a). Por lo tanto, cuando uno encuentra un pasaje que puede parecer que está en conflicto con otros textos de un lenguaje claro en otras partes de la Escritura, debe examinar cuidadosamente el texto más oscuro y determinar si hay una manera razonable de armonizarlo con el pasaje más claro.

Dicho esto, enfaticemos aún más este punto. Ningún texto sagrado debe verse de ninguna manera que pueda negar las siguientes verdades fundamentales.

(1) Al hombre se le ha otorgado libre albedrío (Mt. 23:37b; Jn. 5:39; 7:17; Ap. 22:17).

(2) Su salvación depende de su aceptación personal de la gracia divina, en obediencia a los requisitos del evangelio de Cristo (2 Tes. 1:7-9; Heb. 5:8-9; 1 Pe. 4:17).

Afirmar que Dios, antes de la fundación del mundo, eligió algunos para ser salvos y otros para ser perdidos, independientemente de una recepción personal de la verdad, es una doctrina que no puede ser sostenida por las Escrituras, independientemente del número de personas sinceras que se suscriba a ella.

Hay varias preguntas cruciales que deben abordarse en relación con Juan 6:37. ¿Cuándo tuvo lugar la "entrega" de ciertas personas al Hijo? ¿En qué sentido el Padre "dio" estas personas a su Hijo? ¿Qué relación tiene la "entrega" con su "llegada" a Él? ¿Cuál es el significado de la promesa, "de ningún modo lo echaré fuera"? Consideremos cada uno de estos en orden.

(3) ¿Cuándo tuvo lugar el "dar"? La idea de que los creyentes fueron "dados" incondicionalmente a Cristo, en el consejo eterno de Dios antes de la fundación del mundo, es negada por este mismo pasaje. El verbo "da" (didosina) es una forma de tiempo presente, que indica acción en progreso; el Padre, en ese mismo momento, estaba en el proceso de dar ciertos individuos a su Hijo. Entonces este pasaje no puede ser empleado para establecer que hubo un don de "trato hecho" en la eternidad antes de la creación. Como Reynolds observó, "'Dar' implica una actividad presente de gracia, no una conclusión predestinada” (17, p. 201).

(4) ¿En qué sentido Dios "dio" a las personas a su Hijo? Los términos "don" y "dado" se emplean con frecuencia idiomáticamente en las Escrituras para denotar el favor divino como se expresa en la obra redentora del cielo a favor del hombre, sin que haya ninguna predisposición de una "elección incondicional".

Por ejemplo, David profetizó que Jehová "daría" las "naciones" (gentiles) a Cristo como herencia (Sal. 2:8; comp. Hechos 4:25-26). Seguramente nadie sostendrá que todos los gentiles fueron predestinados incondicionalmente para salvación, independientemente de su respuesta a la verdad divina. Incluso el examen más superficial del libro de los Hechos, desde el capítulo 10 en adelante, revela que los gentiles fueron admitidos en la gracia redentora al responder ante los requisitos del evangelio La salvación no fue consecuencia de un decreto eterno independiente de la obediencia humana (comp. Hechos 10:34-35,43; 11:14; 15:8-9; 1 Pe. 1:22-23).

(5) ¿Qué relación hay entre el "dar" y el "venir" en Juan 6:37? Hay una conexión significativa. El "dar" representa lo que Dios ha provisto en el gran plan de salvación humana; el "venir" representa la aceptación de ese plan como se manifiesta en la obediencia del pecador.

El contexto posterior ofrece una maravillosa ilustración de esto, con imágenes ligeramente diferentes, pero con el pensamiento equivalente. Tenga en cuenta el lenguaje de los versículos 44-45.

Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. Escrito está en los profetas: «Y todos serán enseñados por Dios». Todo el que ha oído y aprendido del Padre, viene a mí.”.

En este pasaje, la "traída" de Dios es paralela a su "dar" del versículo 37. Y, sin embargo, claramente en los vv. 44-45, la traída se lleva a cabo escuchando su palabra, aprendiendo y viniendo al Señor. Jehová proporciona la información redentora, pero la humanidad debe acceder a ella. Al comparar estos pasajes, lógicamente, uno puede concluir que así es como los hombres son "dados" a Cristo. Como Bloomfield observó una vez: "El término [da] por lo tanto (aquí y en los versos 39 y 65) debe significar algo compatible con la agencia libre del hombre" (I, p. 363).

Cuando el ex ministro bautista Robert Shank publicó su libro, Life in the Son, produjo ondas de choque entre los calvinistas. El profesor William Adams, del Seminario Teológico Bautista del Sur, describió el libro como "uno de los libros más llamativos y perturbadores" que había leído (p. xiii). En este volumen instructivo, Shank tiene un Apéndice especial, “¿A quiénes da el Padre a Jesús?” en el que analiza este mismo pasaje. Allí el autor se despide con esta bomba:

"No hay nada en el don de Dios de los creyentes para que sean herencia del Hijo que murió por ellos, que de alguna manera transforme el 'quien quiera' del evangelio con 'el que debe' y 'la mayoría de ustedes no lo hará'. No hay nada al respecto que ate a los hombres en la camisa de fuerza de un decreto antecedente de elección y reprobación incondicional positiva, al mismo tiempo que se insiste en que son ‘libres’” (p. 339).

(6) Nuestra pregunta final es la siguiente: “¿Cuál es el significado de la afirmación, ‘de ningún modo lo echaré fuera'?” Algunos alegan que sugiere el dogma de la imposibilidad de la apostasía, es decir, que nadie "dado" a Cristo en el esquema eterno de las cosas podría perderse. El hijo de Dios, por lo tanto, nunca puede caer de la gracia, o eso afirman.

El pasaje ni siquiera sugiere remotamente esta doctrina perniciosa. Incluso Albert Barnes, quien se suscribió a la doctrina calvinista de la imposibilidad de la apostasía (ver su comentario en Mateo 7:23), admitió lo siguiente, con referencia a Juan 6: 37b. "Esta expresión no se refiere a la doctrina de la perseverancia de los santos, sino al hecho de que Jesús no rechazará ni echará a ningún pecador que venga a él" (págs. 246-247).

Esta admisión, combinada con las declaraciones bíblicas de que Dios quiere que todos los hombres sean salvos (1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9), y que "quien quiera" pueda venir a Cristo, son golpes letales a la teoría de que algunos fueron elegidos por Dios para salvación, y otros para condenación, antes de que el mundo comenzara. Quizás ningún dogma haya estado tan equivocado.


Obras Citadas

  • Barnes, Albert (1954), “Luke — John,” Notes on the New Testament (Grand Rapids: Baker).
  • Bloomfield, ST (1837), The Greek Testament with English Notes (Boston: Perkins & Marvin).
  • Reynolds. HR (1950), “The Gospel of John,” The Pulpit Commentary, HDM Spence, Joseph Exell, Eds. (Grand Rapids: Eerdmans).
  • Shank, Robert (1961), Life in the Son (Springfield, MO: Westcott).



lunes, 18 de noviembre de 2019

¿Qué podemos decir acerca de tener “membresía” en una congregación local?


Pregunta: “¿Es un requisito que una persona se haga miembro de una congregación local? ¿Puede un cristiano tener una membresía general, sin afiliarse a una congregación específica?

Antes de abordar esta pregunta específicamente, establezcamos una base más amplia con respecto al uso del término "iglesia" en el Nuevo Testamento.

La palabra en el texto original del Nuevo Testamento que se encuentra detrás de la palabra moderna "iglesia" es ekklesia. La etimología de esta palabra significa "llamado".

Ahora se reconoce generalmente que el sentido básico del término tal como se usaba entonces es "asamblea" o "congregación", aunque se conserva la idea de una asamblea "convocada" (es decir, la asamblea de Dios). En un sentido no religioso, la palabra se usaba para reuniones públicas (ver Hechos 19:32, 39-40).

Cómo se usa "iglesia" en el Nuevo Testamento

En un sentido espiritual, la palabra ekklesia frecuentemente traducida como "iglesia" se emplea en el Nuevo Testamento de tres maneras principales. Y cada uno de estas tiene serias responsabilidades para los discípulos de Cristo.

Primero, "iglesia" se usa para el pueblo de Dios universalmente. Este organismo era equivalente al "un cuerpo" (Mt. 16:18; Ef. 4: 4; Col. 1:18) por el cual murió el Señor (Hch. 20:28). Cuando alguien se sumerge en agua para el perdón de sus pecados (Hechos 2:38; 22:16), se agrega automáticamente a ese cuerpo de personas salvas que constituyen la iglesia (Hechos 2:47; 1 Cor. 12:13).

No hay tal cosa en la era cristiana como ser salvo y no ser miembro del cuerpo espiritual de Cristo, la iglesia. En Efesios 5:26, Cristo es descrito como el Salvador del cuerpo, que en otros lugares se identifica como la iglesia (Ef. 1:22-23; Col. 1:18, 24).

Algunos religiosos se refieren a "la iglesia invisible", pero ese es un concepto no-bíblico y no tiene sentido. La iglesia está formada por personas, y no son invisibles.

Segundo, la ekklesia del Nuevo Testamento también se refiere al pueblo del Señor en cierta comunidad: en Jerusalén (Hechos 5:11), en Corinto (1 Cor. 1:2), o en alguna otra ciudad. Juan se refiere a siete congregaciones en los primeros capítulos del libro de Apocalipsis (véase Apocalipsis 1:4, 11).

Cuando Pablo y sus compañeros viajaban, predicando las buenas nuevas acerca de Jesús, dondequiera que los hombres y las mujeres se rindieran ante la verdad por medio de la obediencia al evangelio, se establecieron iglesias locales (ver Hechos 14:23). Estos nuevos cristianos se reunían con el propósito de adorar como cuerpo y para servir a su Maestro en comunión.

Este no era un plan opcional improvisado por los caprichos de los misioneros. Era un modelo de organización diseñado divinamente.

Finalmente, el término "iglesia" también puede emplearse para un grupo de personas que se han reunido en un determinado lugar y tiempo con el propósito de adorar a Dios en compañía de otros (1 Cor.11:17ss; 14:34; 3 Jn.10). Se advierte a los cristianos que no descuiden estas reuniones de la asamblea. Las reuniones regulares de adoración son el plan de Dios para que sus discípulos se animen unos a otros al amor y las buenas obras (Heb. 10: 24-25).

¿Qué pasa con la membresía de la iglesia?

En vista de la pregunta presentada, debemos centrarnos más en el segundo uso de "iglesia" tal como se describió anteriormente.

Para mí es un misterio el hecho de que alguien pregunte: "¿Debo ser miembro de una iglesia local?" Especialmente a la luz de la abundante información que hay sobre este tema en el Nuevo Testamento.

Reflexione en las siguientes consideraciones relacionadas con la iglesia local.

La unidad de la iglesia

En los primeros capítulos de Hechos, después del establecimiento de la iglesia, hay numerosas referencias que reconocen la "unidad" de los primeros santos (Hechos 2:42, 44, 46; 4: 23-24, 31-32).

Dios nunca tuvo la intención de que los cristianos funcionen como islas separadas en medio de un mar de personas mundanas.

El cuerpo no es "un miembro, sino muchos" (1 Cor. 12:14). Sería muy difícil pasar por alto el punto de énfasis de Pablo cuando hablaba del cuerpo espiritual de Cristo como "estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro". Tome nota de los esfuerzos cooperativos de los cristianos individuales "conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor" (Ef. 4: 16-17).

¡Esta meta divina difícilmente se puede lograr si los hijos de Dios deambulan operando “solo” con su membresía congregacional en el bolsillo!

No se debe olvidar que cuando Pablo llegó a Jerusalén, después de escapar de una circunstancia peligrosa en Damasco, inmediatamente intentó "unirse a los discípulos" de esa ciudad. Una vez que se superó el miedo inicial que sentían hacia él, fue aceptado entre ellos (Hechos 9:26ss).

Adoración en una comunidad

Varios textos del Nuevo Testamento dejan claro que los primeros discípulos se reunían como un cuerpo de personas con el propósito de adorar en el día del Señor (Hechos 2:42; 20: 7-12; 1 Cor.11: 17ss; 14:1- 40; 16:1-2).

¿Cómo podría un cristiano ser amonestado por abandonar una asamblea (Heb. 10:25) si ni siquiera estaba obligado a ser parte de una iglesia local?

Supervisión de los ancianos

Dios estructuró la congregación individual en torno a un plan de organización.

Cristo es la cabeza de su iglesia donde sea que ésta exista (Ef. 1:22-23; Col. 1:18). En última instancia, él es cabeza de Su iglesia en todas las ciudades del mundo.

Sin embargo, en las iglesias locales donde existen hombres calificados (1 Tim. 3:1ss; Tit. 1:1ss), el cuerpo local de creyentes es supervisado por un grupo de hombres identificados como "ancianos". También son conocidos como obispos (supervisores) o pastores.

Los miembros deben sujetarse a sus supervisores en asuntos de conveniencia (1 Tes. 5:12; He. 13:17) y considerarlos en muy alta estima por el bien de su obra. Si bien a estos pastores se les prohíbe atribuirse la posición de "señores" sobre el rebaño (1 Pe. 5:3), su liderazgo ejemplar debe ser respetado y seguido.

Sirviendo bajo estos hombres en áreas especiales que ponen en función otras tareas importantes están los diáconos, los maestros, los evangelistas, etc.

Si Cristo no tenía la intención de que su pueblo fuera una familia cristiana muy unida, ¿por qué organizó el cuerpo local de esta manera?

¿Por qué algunos se resisten a mantener una membresía local?

Ocasionalmente, hay quienes no están afiliados a ningún grupo local de santos. En circunstancias inusuales puede haber alguna razón para esto. Pero con frecuencia no la hay.

Puede ser el caso de que un cristiano se haya mudado a un área donde no hay una congregación local del pueblo del Señor. Donde sea factible, es posible que deba conducir hasta una ciudad de proximidad razonable donde pueda ubicar una buena iglesia.

Si uno no puede reunirse con una iglesia local, debe adorar en el día del Señor en su hogar y luego tratar de ganar a otros para la verdad. Entonces, se puede establecer una nueva iglesia en su ciudad de acuerdo con el modelo del Nuevo Testamento.

Es posible que deba iniciarse el mismo plan si no hay una iglesia fiel cerca (es decir, una en la que pueda adorar y trabajar responsablemente).

Desafortunadamente, no es raro encontrar discípulos inconformes que simplemente no quieren identificarse con ninguna iglesia local por varias razones personales.

Algunas personas son tan inflexiblemente obstinadas que no pueden tolerar estar cerca de ningún cristiano que no ceda a cada una de sus imposiciones. Déjelos en paz. Es mejor que estén aislados.

A veces hay quienes no desean ser responsables de su conducta. Quieren ir y venir cuando quieran. No quieren ser responsables de la asistencia fiel, las ofrendas semanales o de cualquier otra responsabilidad. No tienen la intención de controlar su estilo de vida. Y entonces repudian la idea de que deberían estar bajo la supervisión de los ancianos o líderes.

En una palabra, quieren el "nombre" de cristiano, pero sin el compromiso que conlleva el nombre. Y quizás, sobre todo, no tienen la intención de estar en un entorno donde puedan estar al alcance de la disciplina de la congregación local.

Tales personas pueden tener la ilusión de que están sirviendo a Dios. No lo están. Simplemente no han entendido uno de los aspectos más básicos del servicio cristiano.

viernes, 15 de noviembre de 2019

¿Mandamiento o cultura? Discernir la Diferencia


En 1967, la Iglesia Presbiteriana Unida (EE. UU.) adoptó una nueva confesión de fe. Con respecto a la naturaleza de la Biblia, se hizo la siguiente declaración:

Sin embargo, las Escrituras, dadas bajo la guía del Espíritu Santo, son palabras de hombres, condicionadas por el lenguaje, las formas de pensamiento y las modas literarias del lugar y los tiempos en que fueron escritas. Reflejan la visión de la vida, la historia y el cosmos que en ese momento eran actuales. La iglesia, por lo tanto, tiene la obligación de acercarse a las Escrituras con un entendimiento literario e histórico. Como Dios ha dado su palabra en diversas situaciones culturales, la iglesia confía en que continuará hablando a través de las Escrituras en un mundo cambiante y en todas las formas de cultura humana” (257).

El párrafo anterior contiene algunas implicaciones muy sutiles. Refleja lo que se conoce como el enfoque "histórico crítico" de la interpretación bíblica y se basa en una actitud "existencial" hacia las Escrituras.

Esta teoría interpretativa fue popularizada por teólogos radicales como Rudolph Bultmann. Sugiere que la Biblia es principalmente el resultado de la influencia formativa de la situación de vida de la iglesia primitiva.

En otras palabras, el Nuevo Testamento es simplemente el registro de cómo los cristianos primitivos, consistentes con sus inclinaciones subjetivas, adaptaron los principios generales de la religión de Jesús a sus estilos de vida únicos.

Esta opinión sostiene, por lo tanto, que lo que era cierto para la iglesia del primer siglo puede no ser cierto para la iglesia de hoy. El cristianismo es visto como una religión más bien "plástica". Puede alterar sus formas de expresión para adaptarse al estado de ánimo y al ritmo de cualquier cultura y circunstancia histórica.

En 1976 el erudito presbiteriano Robert C. Sproul abordó esta controversia, describiendo el enfoque existencial como "una nueva hermenéutica" (13). ¿Le suena familiar? ¡En efecto! Es la filosofía idéntica que ahora estamos escuchando de numerosos clérigos que se identifican con la cristiandad.

Con suficiente tiempo, todas las modas denominacionales eventualmente se infiltran en el reino de Cristo. Un escritor opinaba:

El método histórico de la hermenéutica se acerca a la Escritura con el entendimiento de que el texto fue escrito en otro período y desde una cultura diferente de la civilización occidental. En lugar de preguntar: "¿Cuál es el significado del texto para mí hoy?", el método histórico pregunta: "¿Cuál es el significado del texto para quienes lo leyeron por primera vez?" La historia y la cultura detrás del texto son las que determinan el significado real… La implicación de este método de interpretación para el Movimiento de Restauración es que muchos textos de prueba que se han utilizado para apoyar las doctrinas favoritas ahora deben ser cuestionados en cuanto a su aplicación para la iglesia del siglo XX" (Swetmon 1989, 23).

¿Cómo influye la cultura en nuestra comprensión del Nuevo Testamento?

¿En qué medida la cultura del primer siglo afectó la formación de la doctrina del Nuevo Testamento?
Si es así, ¿qué elementos de la enseñanza del Nuevo Testamento están orientados culturalmente, de modo que desde un punto de vista práctico puedan modificarse hoy para ajustarse a nuestra propia situación única?

¿Podría suponerse, por ejemplo, que el ritual de inmersión en agua del Nuevo Testamento tiene sus raíces en los lavados ceremoniales judíos del primer siglo? Se han encontrado bautisterios en las ruinas esenias de Qumran. Entonces, ¿quizás el bautismo no es una obligación en el siglo XX?

¿Y qué hay de los componentes de la comunión? ¿Podemos concluir que el pan y el fruto de la vid eran simplemente características culturales asociadas con la fiesta de la Pascua, por lo tanto, otros alimentos pueden ser sus sustitutos hoy?

Uno de los motivos principales que tienen algunos profesos cristianos, en su búsqueda para liberar a la iglesia moderna de los grilletes opresivos de la cultura del primer siglo, es la liberación de las mujeres para asumir un papel de liderazgo más dominante en la vida pública de la iglesia. Realmente se está produciendo una revolución feminista. Algunos aspiran tener mujeres dirigiendo la adoración, predicadoras, y sí, incluso ancianas.

¿Las instrucciones de Pablo con respecto a la esfera limitada del papel de la enseñanza pública de la mujer estaban orientadas culturalmente?

Esta fue la posición argumentada por William Barclay en relación con las instrucciones de Pablo con respecto al papel docente de una mujer. El apóstol declaró: "Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada" (1 Tim. 2:12).

Sobre este contexto, Barclay escribió: “Este es un pasaje que no puede leerse fuera de su contexto histórico. Todas las cosas en este capítulo son meras regulaciones temporales establecidas para satisfacer una situación específica” (1960, 76, 78).

Un escritor ha afirmado: "Pablo no podría haber dado a las mujeres mucha más libertad que esta sin salirse de los límites de su cultura" (Ink 1987, 11).

¿Cómo distingue el estudiante responsable de la Biblia las opciones de la cultura de las obligaciones permanentes de un mandamiento divino?

Las siguientes reflexiones se presentan para una cuidadosa consideración.

¿Cuándo está limitado un mandamiento por los elementos culturales o históricos de las Escrituras?

Primero, nadie tiene el derecho de asumir que una instrucción o práctica dada divinamente está culturalmente condicionada a menos que existan consideraciones contextuales que indiquen claramente que ese es el caso.

Por ejemplo, cuando Cristo envió a sus discípulos a proclamar el reino venidero, les prohibió predicar a los gentiles o samaritanos (Mateo 10:1 y sig.).

¿Era este el caso siempre? En otras palabras, ¿persistiría esta circunstancia cultural o se limitó a los eventos inmediatos?

Claramente era algo limitado. Después de que se estableció la iglesia, tanto a los samaritanos como a los gentiles se les concedió el privilegio de responder al evangelio (Hechos 8:10).

Por lo tanto, aunque la misión de predicación de los apóstoles en la fase preparatoria del reino estaba culturalmente limitada, ya que los judíos estaban siendo preparados para la aceptación de otros pueblos, ese no es el caso ahora.

Durante su segundo viaje misionera cuando Pablo llegó a Listra, e hizo circuncidar a Timoteo (Hechos 16:3). ¿Esta práctica persistiría como un requisito divino o era una decisión culturalmente condicionada?

¿Cómo se sabe? Está claro que la práctica del apóstol en esta ocasión fue una conveniencia cultural por las siguientes razones:

La circuncisión como doctrina rechazada.

Ciertos falsos maestros en la iglesia primitiva intentaron imponer la circuncisión como una cuestión de obligación religiosa, pero la doctrina fue rechazada rotundamente por hombres que actuaban bajo la guía del Espíritu de Dios (Hechos 15:1, 28ss).

El ejemplo de Tito

Cuando los judaizantes exigieron la circuncisión de Tito, Pablo se negó a ceder a sus demandas, ni por un instante (Gálatas 2:3-5).

Declaración expresa

El Nuevo Testamento declara expresamente que la circuncisión recibida como un intento de alcanzar la salvación anula la obra de Cristo, porque en Cristo el ritual no tiene valor (Gálatas 5:2, 6).
Por lo tanto, la información bíblica adicional nos da un enfoque claro de la circuncisión.

¿Sin embargo, sobre cuál base se podría argumentar que la inmersión en agua fue un fenómeno cultural de la antigüedad y que, por lo tanto, no es obligatorio hoy en día? ¡No hay absolutamente ninguna!

Primero, dado que el bautismo es "para la remisión de los pecados" (Hechos 2:38) y como la necesidad del perdón de los pecados es universal y perpetua, está claro que el rito es universal y perpetuo, no cultural.

Segundo, dado que la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo deben ser siempre el corazón del "evangelio eterno" (comp. 1 Cor. 15:1-4; Apo. 14:6), ¿por qué no sería la ceremonia que simboliza este hecho histórico (ver Ro. 6:3-4, 17-18) una obligación permanente?

El Nuevo Testamento afirma persistentemente la doctrina.

El Nuevo Testimonio enseña que los elementos básicos del cristianismo debían ser eternos. No fueron influencias culturales en la religión. Considere estos ejemplos.

La Gran Comisión

En la gran comisión, Cristo declaró:

Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20).

Dentro de este contexto, el Señor autorizó la inmersión en el nombre de la sagrada Deidad. Tenga en cuenta que la obligación de sumergirse se fundamentaba en la autoridad de Cristo, no en la cultura.
Además, la bendición prometida, que Jesús permanecería con su pueblo hasta el fin del mundo, era coexistente con la responsabilidad de ser bautizado. Por lo tanto, la inmersión sería un deber divino hasta el fin del mundo. No era una opción temporal, culturalmente orientada.

La Cena del señor

¿Son los elementos originales de la Cena del Señor, el pan y el fruto de la vid, simples reliquias de la celebración de la Pascua? ¿Podemos sustituirlos con elementos modernos más significativos para nuestra generación actual, como algunos sostienen?

¿O deben conservarse las formas antiguas?

Deje que Pablo responda: “Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga” (1 Cor. 11:26).

¡Está claro que el apóstol pretendía que el pan y el fruto de la vid se mantuvieran como símbolos del cuerpo y de la sangre del Salvador hasta el regreso de Cristo! Estos no eran conveniencias opcionales condimentados por la cultura.

El papel de la mujer en la iglesia

La creciente afirmación de que la limitación apostólica del papel de la mujer en el culto público de la iglesia se impuso culturalmente ignora el hecho de que los mandamientos divinos con respecto a las relaciones entre hombres y mujeres estaban establecidos en los principios de la creación que se relacionan con las diferencias fundamentales entre los sexos.

Y estas verdades fundamentales con respecto a la creación trascienden la cultura.

Considere este punto. En la declaración del Señor con respecto a la santidad y permanencia del hogar, afirmó:

"Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio" (Mateo 19:9).

¿Fue esta ordenanza una adaptación a los hábitos culturales de ese día? ¿Podemos suponer que la enseñanza de Jesús sobre el divorcio y el nuevo matrimonio no es obligatoria hoy de modo que alguien puede divorciarse y volverse a casar caprichosamente sin limitación?

Seguramente no. El hecho es que las actitudes judías, griegas y romanas con respecto al divorcio y el nuevo matrimonio eran extremadamente relajadas en esa época.

La instrucción bastante severa del Señor se basó en el diseño de Dios para la familia humana como se refleja en los actos de la creación al comienzo de la historia de la tierra (Mateo 19:4-8).

Capte el punto, por favor. Cuando una enseñanza del Nuevo Testamento se basa en los hechos históricos de la creación, no puede descartarse como cultural.

De manera similar, en varios contextos del Nuevo Testamento, Pablo afirma el concepto de que existe una escala de autoridad en el esquema divino de las cosas.

En 1 Corintios 11:2-16; 14:33-35; y en 1 Timoteo 2:8-15, el apóstol expone tres verdades fundamentales.

Primero, el hombre es la cabeza espiritual de la mujer. Ella debe respetar esa posición (1 Cor.11: 3,10; 14:34; 1 Tim. 2:11).

Segundo, el estado subordinado de la mujer debe demostrarse mediante ciertas obligaciones ordenadas (1 Cor. 11:5-13) y por la prohibición de participar en otras actividades (1 Cor. 14:34-35; 1 Tim. 2:12).

Tercero, las bases teológicas de estas instrucciones surgen del trasfondo de la creación (1 Cor. 11:7-12; 14:34; 1 Tim. 2:13) y de la introducción histórica del pecado en este mundo (1 Tim. 2:14).

Una consideración de estos hechos deja claro que las instrucciones apostólicas sobre el papel de la mujer en la iglesia no son culturales ni transitorias. Son coexistentes con la era cristiana.

C. C. Ryrie ha notado que la regulación de Pablo del papel de la mujer

No fue algo que simplemente se forjó de improviso debido a la situación particular en una iglesia local del primer siglo. Se basa en hechos que no son alterados por la geografía o los siglos” (1958, 79).

El comentario de William Hendriksen también es muy apropiado. Él afirma que:

Las directrices [de Pablo] con respecto al papel de la mujer en relación con el culto público no se basan en condiciones o circunstancias temporales o contemporáneas, sino en dos hechos que tienen significado para todos los tiempos, a saber, el hecho de la creación y el hecho de la entrada del pecado” (1957, 109).

Otra evidencia de que la doctrina del Nuevo Testamento sobre el papel de la mujer no es cultural se encuentra en el hecho de que la enseñanza de los apóstoles no se impuso simplemente en áreas aisladas para acomodarla a las circunstancias locales fluctuantes. Más bien, era obligatoria para las iglesias en todas partes.

La epístola a los corintios no era solo para los santos en Corinto, sino que también estaba dirigida a "todos los que invocan el nombre de nuestro Señor Jesús en todo lugar" (1 Cor. 1:2). Lo que enseñó en Corinto, lo enseñó en "todas las iglesias" (1 Cor. 4:17). Sus ordenanzas eran obligatorias en "todas las iglesias" (1 Cor. 7:17).

Con referencia a la posición sumisa de la mujer: "Como en todas las iglesias de los santos, que las mujeres guarden silencio en las congregaciones" (1 Cor. 14: 33-34). Y si alguno estaba dispuesto a argumentar en contra de sus órdenes apostólicas, se les informaba que su conducta estaba fuera de armonía con la práctica general de las iglesias de Dios (1 Cor. 11:16).

Como señala un estudioso:

Tanto en 1 Corintios, capítulo 11, como en 1 Timoteo, capítulo 2, Pablo basa su instrucción en las implicaciones de la Ley del Antiguo Testamento, específicamente, la narrativa de la creación. Además, el apóstol no da ninguna indicación de que los principios que establece no sean obligatorios para todas las iglesias” (Nicholas, 1979, 55).

Debemos recordar que cuando uno elimina una justificación divinamente establecida para una práctica del texto del Nuevo Testamento y luego inyecta su propia justificación asumida como base para la instrucción, ya no está practicando exégesis. En cambio, es culpable de eisegesis (es decir, suplanta la Palabra de Dios con su propia opinión).

Esto es precisamente lo que se ha hecho cuando se argumenta que el razonamiento de Pablo para la sumisión de la mujer se debe a la cultura.

La "nueva hermenéutica": se ofrecen algunos argumentos

Quienes compiten por el método histórico / crítico de interpretación del Nuevo Testamento, con su correspondiente "nueva hermenéutica", ofrecen varios argumentos que consideran que respaldan su posición de que el cristianismo no fue diseñado para ser una religión estática con "teología de modelos".

"La iglesia primitiva nunca poseyó todo el Nuevo Testamento".

Se argumenta que la iglesia primitiva nunca poseyó todo el Nuevo Testamento. Dado que un modelo del Nuevo Testamento no podría haber sido requerido como norma para toda la familia de Dios en esa época, las obligaciones establecidas en el Nuevo Testamento no son modelos para hoy.

Esta acusación es seriamente defectuosa por varias razones.

Primero, es un argumento basado en la ignorancia. Simplemente no sabemos cuánta información tenían las iglesias del primer siglo en cuanto a revelación.

Esos primeros santos pueden haber poseído muchas más copias de las Escrituras de lo que suponen algunos estudiosos modernos. Además, otros documentos inspirados que no son los que poseemos pueden haber estado disponibles para los primeros cristianos (1 Cor. 5:9).

Además, la iglesia primitiva contaba con los profetas y maestros divinamente inspirados que eran facultados directamente por el Espíritu Santo para instruir a los santos en la fe y la práctica.

¿Debemos suponer que el Espíritu Santo enseñó un evangelio diferente a través de la revelación directa que aquel que finalmente se registró para la instrucción permanente de la iglesia? ¿Cuál es la base para hacer tal suposición?

Segundo, incluso si la iglesia primitiva tuviera relativamente menos información disponible, debemos tener en cuenta el hecho de que Dios pudo haber sido más tolerante con las "deficiencias de conocimiento" en ese período de revelación progresiva de lo que ahora sería cuando tenemos acceso a todo el Nuevo Testamento en su formato completo.

Tercero, está claro que los primeros santos practicaban la "teología de modelos" (ver Hechos 2:42; Rom. 6:3-4; 17-18; 16:17; 1 Cor. 1:10). Si uno puede adaptar el cristianismo a sus preferencias personales o culturales, ¿cómo podría "apartarse de la fe"? (ver 2 Tes. 2:1ss; 1 Tim. 4:1ss).

"Honramos los principios detrás de los mandamientos".

Se alega que debemos honrar los "principios" inherentes a los mandamientos del Nuevo Testamento, pero que se nos permite alterar los modos de actividad para ajustarlos a nuestra situación actual.

Se suele establecer una analogía entre el "saludo con ósculo" del primer siglo (comp. Rom. 16:16) y la práctica de tener predicadoras modernas. Se argumenta que, si honramos el "principio" del saludo hoy, sin aferrarnos a la aplicación específica de Pablo, el "beso santo", de manera similar, las mujeres aún pueden respetar el principio de sumisión femenina mientras enseñan públicamente a audiencias de sexos mixtos.

Se pueden decir dos cosas en respuesta a esta objeción.

Primero, el supuesto paralelo es engañoso. No hay absolutamente ninguna evidencia de que a los santos de la iglesia primitiva se les haya ordenado besarse entre sí como un método de saludo. Y no conozco a ningún erudito que haya defendido esa posición.

Los besos, como método de saludo, se habían practicado durante siglos (véase Génesis 27:26; 29:13; 1 Sam. 20:41; 1 Reyes 19:20; Mateo 26:49).

Lo que ordenaron los escritores del Nuevo Testamento fue que la práctica cultural fuera "santa" y en "amor" (ágape, es decir, con un interés espiritual genuino por la otra persona).

No hay un solo pasaje en el que se mencione el beso de saludo donde la exhortación no está limitada por un término modificador (ver Ro. 16:16; 1 Cor. 16:20; 2 Cor. 13:12; 1 Tes. 5:26; 1 Pe. 5:14).

En vista de esto, uno está obligado a concluir que la instrucción sobre el "beso santo" es tan obligatoria hoy como siempre lo fue. Ningún cristiano podrá saludar a otro hermano o hermana con lujuria, traición o hipocresía.

Segundo, ¿cómo podría uno honrar el principio de obediencia al hacer lo que ha sido prohibido específicamente, al no hacer lo que se le ha ordenado o al cambiar la instrucción sagrada?

Esa es realmente una situación curiosa. Es, de hecho, algo sin sentido. ¿Puede uno sostener el "principio" de recordar la muerte de Cristo utilizando carne y café en la Cena de Comunión? ¡No hay forma de mantener el principio de obediencia mientras uno desobedece a Dios!

Conclusión

Hay una revuelta en marcha en la comunidad cristiana. Muchos están trabajando febrilmente para deshacerse de la autoridad bíblica y para escribir una nueva "Constitución" para la religión de Jesucristo.

Es la ley de "no-ley". Implica una disposición que está decidida a desarrollar una nueva religión diseñada según el deseo humano.

Los fieles deben prepararse y oponerse vigorosamente a esta creciente apostasía.

Obras Citadas

  • Barclay, William. 1960. Letters to Timothy, Titus & PhilemonLouisville, KY: Westminster Press.
  • Hendriksen, William. 1957. “The Pastoral Epistles.” New Testament Commentary. Grand Rapids, MI: Baker.
  • Ink, Steve. March 15, 1987. “Another Look At Hermeneutics,” Part 3. Image. West Monroe, LA: Worldwide Missionary and Educational Foundation.
  • Nicholas, David R. 1979. What's A Woman To Do ... In The Church? Scottsdale, AZ: Good Life Productions.
  • Ryrie, CC 1958. The Role of Women in the ChurchChicago: Moody Press.
  • Sproul, Robert. C. May 1976, “Controversy at Culture Gap.” Eternity. Vol. 27.
  • Philadelphia: Evangelical Foundation.
  • Swetmon, Bill. July 1989. “The Historical Method in Hermeneutics.” Image. West Monroe, LA: Worldwide Missionary and Educational Foundation.
  • United Presbyterian Church (USA). 2004. The Constitution of the Presbyterian Church (USA) Part I: Book of ConfessionsThe Office of the General Assembly: Louisville, Kentucky.