1 CORINTIOS 14:40
Análisis gramatical,
lógico y bíblico
1. “Decentemente”. Gr. EUSCHEMÓNOS: “De una manera decorosa; decentemente”
(THAYER); “Con dignidad” (A. TUGGY).
·
Decoroso es
algo “de elegante figura, bien formado,
con donaire y gracia” (W. E. Vine).
·
Decente es
algo “de elegante estampa, noble, de
manera distinguida” (W. E. Vine).
·
Digno es
algo “de peso, valioso” (W. E. Vine), de manera que cuando
hacemos algo “con dignidad” significa que lo hacemos dándole el valor que tiene, valorando su peso en nuestras vidas.
Citas donde aparece el mismo término:
·
Ro. 13:13 (“Vivamos con honestidad, como a la luz
del día, y no andemos en glotonerías ni en borracheras, ni en lujurias y
lascivias, ni en contiendas y envidias”).
·
1 1 Tes.
4:12 (“A fin de que se conduzcan honradamente con los de afuera, y no tengan necesidad de nada”).
·
2. “Con orden”. Gr. TAXIS: “En el orden debido o apropiado; en una condición
organizada. Actuar con carácter, cualidad y estilo” (THAYER).
Citas donde aparece el mismo término:
·
Col. 2:5 (“Porque
aunque físicamente estoy lejos de ustedes, en el espíritu estoy entre ustedes,
y me alegra ver su buen orden
y la firmeza de su fe en Cristo”).
·
Heb. 5:6 (“Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de
Melquisedec”)
·
Hch. 14:21 (“…andas ordenadamente,
acatando la ley”).
APLICACIÓN:
Si en el culto de adoración (tema de Pablo en 1
Corintios 11-14) debe hacer “todo” (Gr. PANTA, absolutamente todo) de una
manera decente y con orden, y lo de arriba es la explicación textual de lo que
esos dos términos indican entonces podemos concluir:
A. Quien asiste al culto debe venir preparado de su casa con una mentalidad
que honre el valor que tiene lo que va a hacer.
B. Esto incluye desde su presentación
(forma de vestir), su puntualidad, su conducta durante la celebración del culto
y si participa de la dirección, su estilo apropiado con donaire y gracia de
realizar cada acto que va a dirigir.
C. La persona que nos visita no
solamente debe ser impresionada por la verdad predicada; según este texto debe
impresionarse positivamente por la forma en que nos presentamos a adorar a Dios,
la organización con la que hacemos todo y la elegancia en nuestra apariencia.
D. Sólo hay que comparar la forma en la
que tratamos los servicios de la iglesia en comparación con otras actividades. Al
trabajo no llegamos media hora tarde cada vez. No nos presentamos en zapatillas (tenis) o con un suéter de estar en casa o de hacer deporte. Eso no sería elegante, decoroso, digno. En una boda todos saben
cuál es su papel y todos se esfuerzan en realizarlo adecuadamente, dando una
buena impresión a los invitados, lo mismo en una ceremonia de graduación.
E. ¿Podría alguien decir con verdad que
“valora” el peso que tiene estar ante la presencia de Dios si no se presenta a
tiempo a adorarle? ¿Y si pasa la adoración pendiente de su celular o
conversando con otro hermano? ¿Será tratar a Dios como alguien Digno si me
presento ante Él con suéter y zapatillas a dirigir ante la congregación?
F. La forma en que nos vestimos, la
hora a la que llegamos y la manera en la que nos conducimos durante la
adoración dice mucho de cuánto valoramos esa actividad en nuestras vidas. Y si
no lo hacemos “decentemente y con orden”, estamos quebrantando una ley de Dios.
“Si alguno piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que
os escribo es mandamiento del Señor. 38 Pero si alguno no reconoce esto, él no es reconocido”.
De nada nos sirve asistir si no
obedecemos este mandamiento pues “no seremos reconocidos” por Dios debido a
nuestra conducta, apariencia o nuestra actitud. Recordemos que quien no se
viste de boda, será echado fuera (Mat.
22:11-13). Seamos “honrados” con Dios y no hagamos cosas que demuestren lo
contrario de lo que decimos con nuestros labios.