jueves, 29 de septiembre de 2016

Génesis 6 y los Nefilim

El contexto de Génesis 6:1ss habla de «los hijos de Dios» quienes tomaron esposas de entre «los hijos de los hombres». Posteriormente, el registro revela que en aquellos días «había gigantes [Heb. Nefilim] en la tierra».

Tomando en cuenta estas frases, algunos eruditos han expresado la suposición de que ciertos ángeles caídos («hijos de Dios») se casaron con mujeres de la tierra («hijas de los hombres»), y que de estas uniones surgió una especie de raza híbrida llamada los nefilim.

Para esta historia no existe evidencia, y esta va en contra de numerosos hechos bíblicos. Considere:

1. Los ángeles son espíritus (Heb. 1:14). Como tales, no están compuestos de carne (Lc. 24:39), y por esto, son incapaces de tener una relación física.

2. Cristo claramente afirmó que los ángeles no se casan (Mat. 22:30; Mr. 12:25; Lc. 20:34-35).

3. De hecho, no hay nada el contexto de Génesis 6:4 que indique que los nefilim eran descendientes de los supuestos matrimonios sugeridos en este contexto.

4. La palabra «nefilim», que usualmente identificaba a los «gigantes» (LBLA), es un término de significado incierto. Probablemente conlleve la idea de fuerza y poder. Se usa en Números 13:33 para referirse a ciertos habitantes de Canaán a quienes los espías israelitas encontraron en su reconocimiento de la tierra. El contexto indica que ellos simplemente eran «hombres de gran estatura» (32); no eran la progenie de los ángeles.

El punto de vista más razonable acerca de Gén. 6:1ss es que la alusión apunta al hecho de que algunos hombres, de la línea piadosa de Set, llamados «los hijos de Dios» (una expresión que denota una relación de pacto con Jehová — comp. Deut. 14:1; 32:5), comenzaron a seguir intereses carnales, y por esto tomaron esposas de entre «las hijas de los hombres», es decir, de quienes eran incrédulos (¿Hay algún principio que podamos aprender aquí?)

El contexto posterior sugiere que fue precisamente esta inclinación carnal lo que trajo como consecuencia el diluvio, lo cual provoca una pregunta interesante. Si los «hijos de Dios» eran ángeles, ¿cómo sirvió el Diluvio para enjuiciarlos? ¿Pueden ahogarse los ángeles?


Así que, subraye Gén. 6:1 en su Biblia y en el margen escriba: No son ángeles, ellos no se casan. Vea Mat. 22:30