Ninguna de las dos. No obstante,
indudablemente Samuel apareció desde el mundo espiritual, y conversó con Saúl
en aquella ocasión. Saúl, rey de Israel, fuera de la gracia de Dios y del favor
del hombre, habiendo abandonado a Dios y siendo abandonado por Él, busca ayuda
en una fuente que antes él había tratado con todo el desprecio: una mujer con
“un espíritu familiar”—una bruja. La profundidad de su desesperación se puede
notar en el hecho de que por su propia orden muchos de los que practicaban el
arte de la brujería y cosas semejantes, habían sido castigados con la muerte,
debido a su mala influencia sobre el pueblo; y ahora, al no tener a quién
recurrir en la tierra, recuerda al buen Samuel cuya sabiduría él había
descartado en vida, ¡y ansiaba un consejo suyo! Y, para obtenerlo, busca ayuda
de una bruja. Qué sorprendente ironía hay en esto. El que había expulsado a
todos de la tierra, o había provocado que murieran, ahora consulta a uno de
ellos para que le brinde la ayuda que ni Dios ni el hombre le podían dar. Además,
también hay una fuerte ironía en el hecho de que él anhela una oportunidad más
para escuchar las palabras de su amigo y consejero de aquellos días más
felices. Cuán frecuentemente vemos esta situación en nuestro día a día.
Ciertamente es una de las grandes tragedias de la vida que las palabras de bien
y los consejos muchos las valoran cuando ya no está disponible.
La mujer hizo su encantamiento
usual, lo común en esas sesiones, y Samuel apareció. Que esa fue una aparición
real y no una aparición lograda con ilusionismo por la mujer, es claro por el
hecho de que ella no esperaba que apareciera Samuel y, por consiguiente, no
estaba preparada en lo absoluto para ese suceso. ¡Es claro en la narrativa
que Saúl tenía más fe en la capacidad de ella para invocar a Samuel, que ella
misma! Samuel realmente apareció; esta aparición no se dio ni por los
poderes de la mujer, ni por la agencia de Satanás; fue una aparición real con el
propósito de reprender tanto a la mujer como a Saúl.
La prueba positiva e irresistible
del milagro, porque eso fue, se ve en el mensaje que Samuel entregó a Saúl en
esa ocasión: “Además YHVH entregará a Israel contigo en manos de los
filisteos, y mañana tú y tus hijos estaréis conmigo” 1 Samuel 28:19). Adicional
al anuncio del final del reino de Saúl, Samuel hizo dos predicciones: (1) los
filisteos triunfarían en batalla contra Israel; (2) Saúl y sus hijos morirían
al día siguiente de esa entrevista. Estos detalles ni la mujer, ni Satanás ni
sus agentes los podían saber y, por lo tanto, debieron darse por inspiración.
Así que Samuel realmente vino ante Saúl, no por brujería, sino por intervención
divina y, por ende, el relato puede considerarse como una descripción auténtica
de lo que aconteció ese día.
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