Parece claro que Pablo no aludía a una relación que involucrara a marido y
mujer en el pasaje citado. Las leyes de Dios nunca están en conflicto; toda
verdad es armoniosa consigo misma, y los principios bajo los que Dios ordena
que vivamos nunca son contradictorios. Las esposas tienen deberes para con sus
esposos, sean cristianos o no, y estos deberes armonizan también con sus
obligaciones como cristianas. Las relaciones matrimoniales fueron diseñadas por
Dios para tener prioridad sobre todas las demás relaciones; cualquier situación
que surja más tarde debe entenderse a la luz de este hecho. La esposa cristiana
debería continuar viviendo con su esposo y usar su influencia para conducirlo
al arrepentimiento. 1 Pedro 3:1, aunque no es directamente aplicable a este
asunto, no obstante, establece el principio involucrado.
Bienvenido al espacio del análisis bíblico relevante. El que tenga sed, venga y beba. ¡La fuente por excelencia es la palabra de Dios! Nota: Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, son tomadas de La Biblia de las Américas (LBLA), by The Lockman Foundation.
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