Pregunta: “Frecuentemente
veo escritores que se refieren algo que llaman "modernismo". ¿Qué
quieren decir exactamente con este término?"
La historia de la
cristiandad de los últimos veinte siglos se ha caracterizado por ciclos. Uno
de esos ciclos recurrentes es el del modernismo teológico. El modernismo
es un esfuerzo decidido por parte de aquellos que han perdido su fe personal en
el origen divino de las Sagradas Escrituras para convencer a
otros de sus puntos de vista empobrecidos.
Durante más de un siglo,
el modernismo, de manera muy coordinada, ha roído los órganos vitales del
cristianismo. Considere algunos de los rasgos de este pérfido sistema:
La naturaleza de Dios
El modernismo repudia la
descripción bíblica de la naturaleza de Dios. El Dios del Antiguo
Testamento es visto como una deidad odiosa, llena de venganza y es rechazado. Albrecht
Ritschl, por ejemplo, repudió las afirmaciones de la Biblia con respecto a la
santidad e ira de Jehová y vio al Señor Jesús como el único ser de amor. Este
punto de vista pasa por alto la justicia de Dios y no reconoce que Jehová
castigará al rebelde.
La Creación
El modernismo ataca el
relato bíblico de la creación, afirmando que el registro mosaico es simplemente
un mito antiguo (comp. The Interpreter's Bible, I.460ss). Niega
que el hombre haya caído de su estado de santidad. En cambio, afirma que
la humanidad realmente ha ascendido de un estado salvaje (a través del proceso
evolutivo) hasta su estado actual.
El teólogo luterano
Helmut Thielicke declaró que no le daba vergüenza confesar que su abuelo era un
mono y su bisabuelo un renacuajo.
La Alta Crítica
El modernismo adopta una
actitud altamente crítica hacia la Biblia e ignora el testimonio de la
Escritura misma.
Por ejemplo, se afirma
que Moisés no fue autor del Pentateuco, como muestra la evidencia del Antiguo y
del Nuevo Testamento. Supuestamente, los primeros cinco libros de la
Biblia no son más que una compilación de documentos (por ejemplo, J, E, P, D —
las iniciales [en inglés] que significan Jehová, Elohim, Sacerdote y
Deuteronomio — nombres en clave para los presuntos autores).
La Biblia no es
históricamente precisa
El modernismo sostiene
que la Biblia, como registro histórico, no es confiable. Los defensores de
este punto de vista no dudan en afirmar que las Escrituras contienen una gran
cantidad de errores de una variedad considerable. Ellos creen que la base
del registro bíblico es una antigua tradición legendaria.
La biblia es mitológica
El modernismo busca
"desmitologizar" las Escrituras. Cualquier cosa de naturaleza
milagrosa debe explicarse como algo natural, y que tal vez mal entendido por la
gente de esa época. Según esta ideología, por ejemplo, Jesús no caminó
sobre las olas del mar de Galilea. En cambio, él simplemente estaba
caminando en las aguas poco profundas cerca de la costa, y los discípulos,
desde la distancia, solo creyeron verle caminar sobre la superficie del mar.
La Biblia no es un
estándar moral
El modernismo afirma que
la conducta humana no puede ser regulada por un "libro de reglas"
como la Biblia. En cambio, uno debe tomar sus propias decisiones sobre
cuestiones éticas, dejando que el "amor" subjetivo sea el principio
rector en diversas situaciones. La escuela de ética de la situación de
Joseph Fletcher ha vendido esta ideología hedonista.
Hay rasgos modernistas
adicionales que pueden mencionarse, pero estos serán suficientes por el
momento. No es necesario señalar que "modernismo" es, en
realidad, solo otro término para infidelidad.
El modernismo teológico
se estableció técnicamente en los escritos de hombres como FDE Schleiermacher
(1768-1834) y A. Ritschl (1822-1889). Más tarde se popularizó en las obras
de hombres como Harry Emerson Fosdick (1878-1969). Fosdick, un ministro
bautista estadounidense, escribió unos treinta libros, entre ellos El
uso moderno de la Biblia y Una guía para comprender la Biblia. Tuvo
bastante influencia en el movimiento liberal que ahora asola el protestantismo
moderno. Muchos movimientos religiosos, en mayor o menor grado, han sido
influenciados por esta dañina filosofía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario