La segunda venida de Cristo (comp. Heb. 9:27) es un tema
predominante en el Nuevo Testamento. Se hace referencias a este ocho veces más
que a la venida inicial de nuestro Señor (Pardington, 354). Se alude a este más
de 300 veces en el Nuevo Testamento (Thiessen, 442).
Debido a que hay una cantidad considerable de errores
asociados con el regreso del Señor, debemos examinar este tema—no sólo
positivamente, sino también tratando los diversos errores que han distorsionado
la enseñanza bíblica.
Profetizada en el Antiguo Testamento
Ya que “la inmortalidad”, que se asocia con la segunda
venida, se ilumina plenamente mediante el evangelio de Cristo (2 Tim. 1:10),
uno no esperaría que hubiera abundancia de información explícita en el Antiguo
Testamento relacionada con este tema vital. Sin embargo, hay pistas del regreso
del Señor repartidas dentro de la literatura del AT.
Job sentía que debía haber un tiempo de vindicación para él
de parte de su “Redentor” en algún momento antes de que su carne se
desintegrara (19:25-27), aun cuando él no tenía una comprensión precisa de ese
Redentor desde su perspectiva antigua.
En un discurso mediático, David predijo una retribución final
de Jehová sobre sus enemigos (Sal. 2:9; 110:1).
Isaías habló del tiempo cuando toda rodilla se doblaría y
toda lengua juraría lealtad a Dios (Isa. 45:23; comp. Ro. 14:11).
Daniel profetizó una futura resurrección corporal (Dan.
12:2-3). Estos eventos están asociados con la segunda del Salvador.
La Afirmación del Nuevo Testamento
Como se indicó arriba, el Nuevo Testamento abunda con
información respecto a la segunda venida de Cristo. Jesús mismo lo afirmó en numerosas
ocasiones (comp. Mat. 24:37, 39, 42, 44).
Poco antes de su crucifixión, el Salvador prometió que
después de su muerte “vendría otra vez” (comp. Lc. 19:15; Jn. 14:3). Cuando el
Señor ascendió al cielo los ángeles proclamaron que Él volvería “de la misma
manera” que lo habían visto partir hacia el cielo (Hch. 1:11).
El capítulo quince de 1 Corintios completo trata con la
resurrección del cuerpo, que ocurrirá en el momento del regreso de Jesús (v.
23). Los libros de Primera y Segunda de Tesalonicenses ambos tratan ampliamente
el regreso de Cristo (1 Tes. 4:13ss; 5:1ss; 2 Tes. 1:7ss; 2:1ss).
Hay un término especial en griego comúnmente utilizado para
el regreso de Cristo (24 veces en el Nuevo Testamento), el cual significa
“llegada” o “presencia”, y se emplea unas dieciséis veces para referirse a la
segunda venida (comp. Mat. 24:37, 39; 1 Tes. 3:13; 1 Cor. 15:23; Stgo. 5:7,
etc.)
Un erudito sugiere que “los motivos” de la llegada en muchos
de estos textos “se derivan del AT y de las expectativas judías de la
salvación, las cuales anticipaban una personalidad terrenal tal como el rey
mesiánico” (Radl, 3.44).
Permítanos considerar el tema de la segunda venida tanto
desde la perspectiva positiva como de la negativa.
Características de la Segunda Venida
Hay características explícitas de la segunda venida que
identifican la naturaleza de este grandioso evento. Al mismo tiempo, estas
características eliminan varias falsas ideas que han surgido dentro de la
comunidad conocida como “la Cristiandad” en estos dos últimos milenios.
Considere los siguientes puntos:
La certeza de la Segunda Venida
Es seguro que ocurrirá la Segunda Venida. La
integridad misma de Cristo está en juego en este asunto. Él declaró: «Vendré
otra vez», subrayando que “si no fuera así, ya os lo habría dicho”
(Jn. 14:2).
Además, ese día se identifica como un “día” definido,
por ejemplo, «el día de nuestro Señor Jesucristo» (1 Cor. 1:8;
5:5; 2 Cor. 1:14; 1 Tes. 5:2).
El Tiempo de la Segunda Venida no ha sido revelado
El tiempo específico de ese evento no ha sido
revelado. Él vendrá en un momento inesperado (Mat. 24:37ss), similar a la
manera en la que un ladrón ataca a su víctima (1 Tes. 5:2).
Ni siquiera Cristo, durante su ministerio terrenal, sabía en
qué día acontecería esto (comp. Mr. 13:32). Este se debía a su autolimitación
de cierto conocimiento mientras estaba en la tierra.
Son ciertamente extrañas las aseveraciones de ciertos
religiosos modernos quienes imaginan que pueden calcular ¡lo que el Señor no
podía! Los fijadores de fechas han estad patentemente equivocados. Cuando
el escéptico Bertrand Russell acusó a Jesús de error, afirmando que Cristo
creía que su “venida” podía ocurrir en el primer siglo, él expuso su patética
ignorancia de los datos bíblicos (1967, 16).
La Segunda Venida será literal
El retorno del Señor será literal. Hay pasajes que
mencionan “venidas” de Cristo que son representativas (es decir, que no
son literales), por ejemplo, su “venida” en Pentecostés con la llegada de Su
reino (Mat. 16:28), o para otorgar el Espíritu Santo a Sus apóstoles (Jn.
14:18), en la destrucción de Jerusalén (Mat. 24:30), o de una manera
disciplinaria (Apo. 2:5).
Pero, la Segunda Venida de Cristo será personal.
Considere la expresión: «El Señor mismo» (1 Tes. 4:16).
Enseñan falsamente quienes afirman que esperamos “un
regreso no visible de Cristo a la tierra” (Clarke, 444), o que la “segunda
venida” era simplemente la acción punitiva de Cristo en el 70 d. C. para la
destrucción de Jerusalén, como alega Max King y sus discípulos preteristas (vea
Jackson, 31-56).
El regreso de Cristo será visible
El Señor vendrá visiblemente, no como aboga la teoría
del “rapto”. Este ejemplo de “exégesis friki” fue popularizado por Hal Lindsey
en el libro The Late Great Planet Earth.
El regreso del Señor será una “revelación” (2 Tes. 1:7), será
ciertamente una “manifestación” (1 Jn. 2:28), involucrará una “aparición” (1
Tim. 6:14; 2 Tim. 4:1, 8; Tito 2:13; Heb. 9:29).
Además, Él vendrá como “el Hijo del Hombre” (Mat. 16:27), en
Su cuerpo glorificado (Filp. 3:21).
El regreso de Jesús será final
La Segunda Venida será definitiva. Pablo describe la
“venida” de Cristo como “el fin”. La muerte habrá sido destruida, y los
enemigos del Señor serán todos derrotados (1 Cor. 15:23-24).
Entonces, claramente, ya que la muerte no ha sido destruida,
obviamente la Segunda Venida no aconteció en el 70 d. C., como alegan los radicales preteristas.
Adicionalmente, cuando los falsos maestros intentaron socavar
la causa de Cristo, desafiando “la promesa del Señor de su Segunda Venida”,
Pedro refutó su acusación contendiendo que la venida de Cristo estaría
acompañada por la destrucción del universo entero (2 Pe. 3:4, 10). Así que, ese
regreso no ha ocurrido, y no habrá lugar para un reino de mil años terrenal
después de la venida del Señor, como alegan los premilenialistas.
Eventos asociados con la Segunda Venida
Aunque las siguientes características han sido tocadas
ligeramente en los puntos que hemos discutido previamente, ahora las
consideraremos mas sistemáticamente.
La Resurrección
La resurrección general de los muertos está vinculada
con el regreso de Cristo.
Los antiguos saduceos negaban la resurrección (Mat. 22:23;
Hch. 23:6-8), como lo hacen los modernos escépticos. Pero, la doctrina de la
resurrección corporal se afirma abundantemente en el Nuevo Testamento (vea Jn.
5:28-29; 6:39-40; Mr. 12:18-27; Hch. 17:32; 24:15; 26:8; Ro. 8:23; 1 Tes. 4:16;
1 Cor. 15; 2 Cor. 5:1-2; Filp. 3:21).
Los fieles que estén vivos en el momento de la venida de
Cristo serán transformados a su semejanza (1 Cor. 15:51; Flp. 3:21).
El Juicio
El día del juicio también está vinculado con la
segunda venida (Mat. 16:27; 25:31-46). Considere:
·
Cristo
será el juez (Jn. 5:22, 27; 2 Cor. 5:10).
·
Todos
los seres humanos que hayan vivido en esta tierra serán juzgados (Ro. 14:10;
Hch. 17:31).
·
Cada
persona será juzgada por la ley de Dios bajo la cual vivió. Los antiguos
gentiles serán juzgados por la ley de la conciencia (Ro. 2:12-15). Los judíos
serán juzgados sobre la base de la ley de Moisés (Ro. 2:12). Los de la era cristiana
serán juzgados según la ley de Cristo (1 Cor. 9:21; Ro. 2:16).
·
La
culpabilidad humana será medida según la capacidad de cada uno, y por su
conducta de obediencia o desobediencia (Mat. 7:21-33; Heb. 5:9).
·
El
juicio será irrevocable. Cristo declaró que sólo hay dos destinos—el
castigo eterno, o la vida eterna (“vida” = comunión con Dios). No hay redención
post-juicio, ni tampoco habrá una aniquilación eventual de los malvados.
·
El
propósito del juicio de Cristo no será determinar el destino de cada quien; eso
ya está determinado en el momento de nuestra muerte (Lc. 16:22-23). El objetivo
será revelar y vindicar «el justo juicio de Dios” (Ro. 2:5), lo
cual será reconocido universalmente (Ro. 14:11).
Conclusión
La Segunda Venida del Señor será el evento terminal de la
historia de la tierra. Todo individuo racional debería prepararse para esta
fenomenal ocasión—de emocionante recompensa, o de indescriptible terror,
dependiendo del status espiritual de cada quien.
OBRAS CITADAS
- Clarke, William N. n.d. An
Outline of Christian Theology.
- Jackson, Wayne. 2005. The
A.D. 70 Theory – A Review of the Max King Doctrine. Stockton, CA: Christian Courier.
- Lindsey, Hal. 1970. The
Late Great Planet Earth. Grand Rapids, MI: Zondervan.
- Pardington, George. 1926. Outline
Studies in Christian Doctrine. New York, NY: Christian Alliance. 1926.
- Radl, W. 1993. Exegetical
Dictionary of the New Testament. H. Balz & G. Schneider, eds.
Grand Rapids, MI:
Eerdmans.
- Russell, Bertrand. 1967. Why
I Am Not A Christian. New York, NY: Simon & Schuster.
- Thiessen, Henry C. 1949. Lectures
in Systematic Theology. Grand Rapids, MI: Eerdmans.
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