jueves, 5 de septiembre de 2019

HECHOS ACERCA DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


La segunda venida de Cristo (comp. Heb. 9:27) es un tema predominante en el Nuevo Testamento. Se hace referencias a este ocho veces más que a la venida inicial de nuestro Señor (Pardington, 354). Se alude a este más de 300 veces en el Nuevo Testamento (Thiessen, 442).

Debido a que hay una cantidad considerable de errores asociados con el regreso del Señor, debemos examinar este tema—no sólo positivamente, sino también tratando los diversos errores que han distorsionado la enseñanza bíblica.

Profetizada en el Antiguo Testamento

Ya que “la inmortalidad”, que se asocia con la segunda venida, se ilumina plenamente mediante el evangelio de Cristo (2 Tim. 1:10), uno no esperaría que hubiera abundancia de información explícita en el Antiguo Testamento relacionada con este tema vital. Sin embargo, hay pistas del regreso del Señor repartidas dentro de la literatura del AT.

Job sentía que debía haber un tiempo de vindicación para él de parte de su “Redentor” en algún momento antes de que su carne se desintegrara (19:25-27), aun cuando él no tenía una comprensión precisa de ese Redentor desde su perspectiva antigua.

En un discurso mediático, David predijo una retribución final de Jehová sobre sus enemigos (Sal. 2:9; 110:1).

Isaías habló del tiempo cuando toda rodilla se doblaría y toda lengua juraría lealtad a Dios (Isa. 45:23; comp. Ro. 14:11).

Daniel profetizó una futura resurrección corporal (Dan. 12:2-3). Estos eventos están asociados con la segunda del Salvador.

La Afirmación del Nuevo Testamento

Como se indicó arriba, el Nuevo Testamento abunda con información respecto a la segunda venida de Cristo. Jesús mismo lo afirmó en numerosas ocasiones (comp. Mat. 24:37, 39, 42, 44).

Poco antes de su crucifixión, el Salvador prometió que después de su muerte “vendría otra vez” (comp. Lc. 19:15; Jn. 14:3). Cuando el Señor ascendió al cielo los ángeles proclamaron que Él volvería “de la misma manera” que lo habían visto partir hacia el cielo (Hch. 1:11).

El capítulo quince de 1 Corintios completo trata con la resurrección del cuerpo, que ocurrirá en el momento del regreso de Jesús (v. 23). Los libros de Primera y Segunda de Tesalonicenses ambos tratan ampliamente el regreso de Cristo (1 Tes. 4:13ss; 5:1ss; 2 Tes. 1:7ss; 2:1ss).

Hay un término especial en griego comúnmente utilizado para el regreso de Cristo (24 veces en el Nuevo Testamento), el cual significa “llegada” o “presencia”, y se emplea unas dieciséis veces para referirse a la segunda venida (comp. Mat. 24:37, 39; 1 Tes. 3:13; 1 Cor. 15:23; Stgo. 5:7, etc.)

Un erudito sugiere que “los motivos” de la llegada en muchos de estos textos “se derivan del AT y de las expectativas judías de la salvación, las cuales anticipaban una personalidad terrenal tal como el rey mesiánico” (Radl, 3.44).

Permítanos considerar el tema de la segunda venida tanto desde la perspectiva positiva como de la negativa.

Características de la Segunda Venida

Hay características explícitas de la segunda venida que identifican la naturaleza de este grandioso evento. Al mismo tiempo, estas características eliminan varias falsas ideas que han surgido dentro de la comunidad conocida como “la Cristiandad” en estos dos últimos milenios. Considere los siguientes puntos:

La certeza de la Segunda Venida

Es seguro que ocurrirá la Segunda Venida. La integridad misma de Cristo está en juego en este asunto. Él declaró: «Vendré otra vez», subrayando que “si no fuera así, ya os lo habría dicho” (Jn. 14:2).

Además, ese día se identifica como un “día” definido, por ejemplo, «el día de nuestro Señor Jesucristo» (1 Cor. 1:8; 5:5; 2 Cor. 1:14; 1 Tes. 5:2).

El Tiempo de la Segunda Venida no ha sido revelado

El tiempo específico de ese evento no ha sido revelado. Él vendrá en un momento inesperado (Mat. 24:37ss), similar a la manera en la que un ladrón ataca a su víctima (1 Tes. 5:2).

Ni siquiera Cristo, durante su ministerio terrenal, sabía en qué día acontecería esto (comp. Mr. 13:32). Este se debía a su autolimitación de cierto conocimiento mientras estaba en la tierra.

Son ciertamente extrañas las aseveraciones de ciertos religiosos modernos quienes imaginan que pueden calcular ¡lo que el Señor no podía! Los fijadores de fechas han estad patentemente equivocados. Cuando el escéptico Bertrand Russell acusó a Jesús de error, afirmando que Cristo creía que su “venida” podía ocurrir en el primer siglo, él expuso su patética ignorancia de los datos bíblicos (1967, 16).

La Segunda Venida será literal

El retorno del Señor será literal. Hay pasajes que mencionan “venidas” de Cristo que son representativas (es decir, que no son literales), por ejemplo, su “venida” en Pentecostés con la llegada de Su reino (Mat. 16:28), o para otorgar el Espíritu Santo a Sus apóstoles (Jn. 14:18), en la destrucción de Jerusalén (Mat. 24:30), o de una manera disciplinaria (Apo. 2:5).

Pero, la Segunda Venida de Cristo será personal. Considere la expresión: «El Señor mismo» (1 Tes. 4:16).

Enseñan falsamente quienes afirman que esperamos “un regreso no visible de Cristo a la tierra” (Clarke, 444), o que la “segunda venida” era simplemente la acción punitiva de Cristo en el 70 d. C. para la destrucción de Jerusalén, como alega Max King y sus discípulos preteristas (vea Jackson, 31-56).

El regreso de Cristo será visible

El Señor vendrá visiblemente, no como aboga la teoría del “rapto”. Este ejemplo de “exégesis friki” fue popularizado por Hal Lindsey en el libro The Late Great Planet Earth.

El regreso del Señor será una “revelación” (2 Tes. 1:7), será ciertamente una “manifestación” (1 Jn. 2:28), involucrará una “aparición” (1 Tim. 6:14; 2 Tim. 4:1, 8; Tito 2:13; Heb. 9:29).

Además, Él vendrá como “el Hijo del Hombre” (Mat. 16:27), en Su cuerpo glorificado (Filp. 3:21).

El regreso de Jesús será final

La Segunda Venida será definitiva. Pablo describe la “venida” de Cristo como “el fin”. La muerte habrá sido destruida, y los enemigos del Señor serán todos derrotados (1 Cor. 15:23-24).

Entonces, claramente, ya que la muerte no ha sido destruida, obviamente la Segunda Venida no aconteció en el 70 d.  C., como alegan los radicales preteristas.

Adicionalmente, cuando los falsos maestros intentaron socavar la causa de Cristo, desafiando “la promesa del Señor de su Segunda Venida”, Pedro refutó su acusación contendiendo que la venida de Cristo estaría acompañada por la destrucción del universo entero (2 Pe. 3:4, 10). Así que, ese regreso no ha ocurrido, y no habrá lugar para un reino de mil años terrenal después de la venida del Señor, como alegan los premilenialistas.

Eventos asociados con la Segunda Venida

Aunque las siguientes características han sido tocadas ligeramente en los puntos que hemos discutido previamente, ahora las consideraremos mas sistemáticamente.

La Resurrección

La resurrección general de los muertos está vinculada con el regreso de Cristo.

Los antiguos saduceos negaban la resurrección (Mat. 22:23; Hch. 23:6-8), como lo hacen los modernos escépticos. Pero, la doctrina de la resurrección corporal se afirma abundantemente en el Nuevo Testamento (vea Jn. 5:28-29; 6:39-40; Mr. 12:18-27; Hch. 17:32; 24:15; 26:8; Ro. 8:23; 1 Tes. 4:16; 1 Cor. 15; 2 Cor. 5:1-2; Filp. 3:21).

Los fieles que estén vivos en el momento de la venida de Cristo serán transformados a su semejanza (1 Cor. 15:51; Flp. 3:21).

El Juicio

El día del juicio también está vinculado con la segunda venida (Mat. 16:27; 25:31-46). Considere:

·         Cristo será el juez (Jn. 5:22, 27; 2 Cor. 5:10).

·         Todos los seres humanos que hayan vivido en esta tierra serán juzgados (Ro. 14:10; Hch. 17:31).

·         Cada persona será juzgada por la ley de Dios bajo la cual vivió. Los antiguos gentiles serán juzgados por la ley de la conciencia (Ro. 2:12-15). Los judíos serán juzgados sobre la base de la ley de Moisés (Ro. 2:12). Los de la era cristiana serán juzgados según la ley de Cristo (1 Cor. 9:21; Ro. 2:16).

·         La culpabilidad humana será medida según la capacidad de cada uno, y por su conducta de obediencia o desobediencia (Mat. 7:21-33; Heb. 5:9).

·         El juicio será irrevocable. Cristo declaró que sólo hay dos destinos—el castigo eterno, o la vida eterna (“vida” = comunión con Dios). No hay redención post-juicio, ni tampoco habrá una aniquilación eventual de los malvados.

·         El propósito del juicio de Cristo no será determinar el destino de cada quien; eso ya está determinado en el momento de nuestra muerte (Lc. 16:22-23). El objetivo será revelar y vindicar «el justo juicio de Dios” (Ro. 2:5), lo cual será reconocido universalmente (Ro. 14:11).

Conclusión

La Segunda Venida del Señor será el evento terminal de la historia de la tierra. Todo individuo racional debería prepararse para esta fenomenal ocasión—de emocionante recompensa, o de indescriptible terror, dependiendo del status espiritual de cada quien.

OBRAS CITADAS

  • Clarke, William N. n.d. An Outline of Christian Theology.
  • Jackson, Wayne. 2005. The A.D. 70 Theory – A Review of the Max King Doctrine. Stockton, CA: Christian Courier.
  • Lindsey, Hal. 1970. The Late Great Planet Earth. Grand Rapids, MI: Zondervan.
  • Pardington, George. 1926. Outline Studies in Christian Doctrine. New York, NY: Christian Alliance. 1926.
  • Radl, W. 1993. Exegetical Dictionary of the New Testament. H. Balz & G. Schneider, eds. Grand Rapids, MI: Eerdmans.
  • Russell, Bertrand. 1967. Why I Am Not A Christian. New York, NY: Simon & Schuster.
  • Thiessen, Henry C. 1949. Lectures in Systematic Theology. Grand Rapids, MI: Eerdmans.

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