miércoles, 18 de abril de 2012

La Ética de clonar Humanos

La “clonación” ha sido un tópico volátil en las más recientes noticias de hoy en día. Por ejemplo, en Inglaterra, la Cámara de los Lores recientemente votó 212 a 92 a favor de promover experimentos que intentarán clonar seres humanos aun cuando un conglomerado de líderes religiosos (católicos romanos, protestantes, judíos, musulmanes y Sijes) pidió a los políticos hacer un alto y estudiar los aspectos éticos involucrados en una empresa tan ambiciosa. Hay quienes en este país tomaríamos el mismo camino.

¿Qué es la clonación?
La palabra “clon” viene del griego klon, el cual significa “retoño”, “ramilla”. Se refiere a un método de reproducción diferente del parental o proceso sexual que es característico en la mayoría de los organismos.

Clonar un ser humano involucraría los siguientes procesos: el núcleo de la célula de una persona adulta sería removida de un cuerpo celular ordinario (por ejemplo, una célula de la piel). Ya que el núcleo de cada célula (excepto los glóbulos rojos) contiene toda la información genética (el ADN) para la formación de un ser humano completo, un núcleo extraído de un donante sería trasplantado a un óvulo no fecundado (el núcleo del cual ha sido removido). Entonces, supuestamente, el embrión trasplantado al útero “rentado” de una mujer se desarrollaría, produciendo finalmente una copia exacta de la persona cuyo ADN original proveyó la célula “iniciadora”. En teoría, mediante este método, ¡uno podría hacer cientos de copias de sí mismo!

La realidad de la clonación
Muchos todavía creen que la clonación sólo ocurre en la ciencia ficción. Por ejemplo, en 1978 Gregory Peck inició un filme llamado Los Niños de Brazil. El argumento de la historia tenía que ver con un plan tramado por un grupo de científicos Nazis suramericanos quienes desean clonar un lote de pequeños “Hitlers”.

Sin embargo, la clonación de verdad ha estado moviéndose a nuestro alrededor desde hace tiempo desde hace aproximadamente 40 años. Las ranas fueron las primeras en ser clonadas a partir de las células de un renacuajo asexual en 1952. En 1997 hubo mucho revuelo por la clonación de una oveja (“Dolly”) en Escocia.


¿Se estarán clonando humanos actualmente? No lo sé. Los científicos son capaces de manipular ciertas leyes biológicas con malos propósitos. En su valioso libro Human Cloning – Playing God or Scientific Progress? [Clonación Humana — ¿Jugando a ser Dios o Progreso Científico?] (Grand Rapids, MI: Fleming Revell / Baker Book House, 1998) el Dr. Lane P. Lester y James C. Hefley sugirieron que en una escala de uno a diez, los científicos están 9.9 involucrados en proyectos de clonación humana— ¡y eso fue hace trece años! Una cosa sabemos, que el hombre tiene la capacidad de alcanzar ciertos efectos sobrepasando sus valores éticos. Está mal concebir a un hijo fuera del vínculo matrimonial, pero esto sucede todo el tiempo. Es inmoral quitar la vida a un ser humano, pero la tecnología para hacer esto abunda en todas partes.

Las implicaciones Morales de la Clonación
Aunque aparentemente no hay ofensa a la ética cuando se clona un zanahoria o una rana, ese no es el caso con las personas. Contrario a las arrogantes aseveraciones de los Darvinianos, los seres humanos no son animales que han evolucionado de una baba biológica. Son criaturas formadas de manera especial por Dios; lo cual significa que son únicos en su naturaleza. Por lo tanto, el cristiano debe condenar la clonación de seres humanos (en el caso de que esté ocurriendo realmente) basándose en lo siguiente:

1.       En primer lugar debemos hacer la pregunta: ¿Por qué los científicos quieren clonar humanos? Ciertamente no será porque están ansiosos por crear una más grande población para nuestro planeta. Ellos constantemente protestan porque la tierra está súper poblada.

En cambio, ellos quieren crear un cierto tipo de humanos con los cuales experimentar. Es la misma mentalidad que se apoderó de Adolfo Hitler durante la espantosa edad oscura de la Segunda Guerra Mundial. En realidad, esto no se distanciaría mucho de la esclavitud. Por el momento, como una consecuencia de este proceso, miles de pequeños seres humanos serán destruidos en esta búsqueda, la cual, supuestamente mejorará la calidad de la vida humana. Difícilmente se podría imaginar una posición más ilógica.

2.       En diciembre, en la edición de 1998 de la prestigiosa revista Scientific American, apareció un artículo titulado “Cloning For Medicine” [Clonar para la Medicina]. El autor, el Dr. Ian Wilmut, quien está asociado con el Roslin Institute cerca a Edinburgh, Escocia (donde clonaron a “Dolly”), argumentaba a favor de la clonación de embriones humanos. La base de esta manera de razonar era que esto sería útil en la investigación para el tratamiento de ciertas enfermedades (por ejemplo, el SIDA, el Parkinson, la diabetes, etc.). Él argumentaba su posición sobre la base que las células embrionarias no han comenzado a diferenciarse, el sistema nervioso no se ha desarrollado suficiente para sentir dolor, o para percibir el ambiente, etc.

Por otro lado, el Dr. Wilmut alegaba que no era éticamente aceptable clonar seres humanos adultos. Sin embargo, sus estándares son puramente arbitrarios. ¡Estos científicos serían dioses! El desarrollo del humano en el útero es algo de grados (crecimiento); no es un avance evolucionario donde una “clase” de organismo cambia a otro.

3.       Cualquier arremetida contra un ser humano, sin importar su etapa de desarrollo, es finalmente también contra Dios. La primera legislación formal contra el asesinato estaba basada en la verdad que las personas son “imagen de Dios” (Gén. 9:6; comp. 1:26-27). La implicación de eso claramente es lo siguiente: destruir arbitrariamente a un ser humano, es decir, sin el permiso del Dador de la vida (vea Hch. 17:25), ¡es una usurpación contra el mismísimo Creador!

4.       Los seres humanos están diseñados para ser parte de una relación familiar— involucrando a un padre y madre que les amen. La unidad en “familia” existió desde el primer día de la existencia del hombre sobre la tierra (Gén. 2:18ss; 4:1). Los hijos han de llegar a este mundo como parte de este esquema protector y estable. Nunca ha sido la intención de Dios que las personas sean desarmadas como las piezas de una máquina. Este es un principio tan fundamental como para que lo reconozca hasta el más insensato de los hombres.

¡Clonar humanos sería una atrocidad moral!
En conclusión, felizmente reconocemos los siguientes puntos. Los argumentos expuestos anteriormente tienen su base en las siguientes premisas.

·         Hay un Dios que ejerce su soberanía sobre la familia humana.
·         Él ha revelado Su voluntad al hombre en aquella serie de documentos a la que llamamos Biblia.
·         Esas inspiradas piezas de literatura contienen principios mediante los cuales la moralidad de las acciones humanas serán aprobadas o condenadas.

Si alguien no acepta la proposición que un Ser moral supremo ha regulado la conducta humana, y que ha revelado un código con tal fin en un cuerpo objetivo de revelación, tal persona anda por la vida sin un norte moral preciso.

De la misma manera, si alguien se suscribe a la línea que considera al hombre “su propio dios”, con la libertad de hacer lo que le antoje en sus fantasías, no hay nada que lo detenga en la arena de la experimentación humana. La vida se convierte en una baratija, una comodidad prescindible. Ciertamente la vida humana degenera en una pesadilla de proporciones inimaginables.

¿Estamos preparados para esa eventualidad? Ω

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