De
vez en cuando surge la pregunta de por qué hay tanta cronología en la
Biblia. La respuesta fue proporcionada por Edwin Thiele, uno de los
cronólogos bíblicos más reconocidos de los tiempos modernos.
“La cronología es
importante. Sin cronología no es posible entender la historia, porque la
cronología es la columna vertebral de la historia. Sabemos que Dios
considera que la cronología es importante, porque ha puesto gran parte de ella
en su Palabra. Encontramos cronología no solo en los libros históricos de
la Biblia, sino también en los libros proféticos, en los Evangelios y en los
escritos de Pablo” (A Chronology of the Hebrew Kings, Grand
Rapids: Zondervan, 1977, p. 7).
La
cronología se refiere a las relaciones de los eventos bíblicos con las fechas
reales dentro del marco del tiempo. Abordemos este asunto brevemente.
Primero,
este punto es crucial. La validez de la religión cristiana depende de si
ciertos eventos ocurrieron o no en el marco de la historia real.
Por
ejemplo, si el "éxodo" de Egipto no ocurrió, como se describe en el
Antiguo Testamento, entonces la religión israelita se basó en la
ficción. El sistema hebreo fue algo preparatorio para la venida de Cristo
y el establecimiento del cristianismo (ver Gálatas 3:24-25). Por lo tanto,
si la historia del Antiguo Testamento no es cronológicamente sólida, el
cristianismo mismo se basa en un fundamento falso.
Si
Jesús de Nazaret no vivió, murió y volvió a la vida, dentro de los parámetros
de la realidad histórica, el cristianismo es un mito. Es absolutamente
imperativo, por lo tanto, que Jesús se arraigue en la verdadera historia del
"calendario".
Por
consiguiente, vincular ciertos eventos a fechas verificables en la historia es
un elemento vital de la verdad bíblica. Algunos eventos bíblicos son
ambiguos en términos de fecha; otros son más precisos. Sin embargo,
la cronología de la Escritura es suficiente para el propósito
previsto. Considere algunos asuntos de importancia cronológica.
Fecha
de la creación
Si
bien la Biblia no proporciona una fecha precisa para la creación del mundo, hay
dos cosas claras.
- La
historia humana se
remonta a la misma semana de la creación del Universo
(Génesis 1; Ex. 20:11; Mc. 10: 6; Rom. 1:20). No se puede defender
una tierra de miles de millones de años, luego argumentar a favor de una
humanidad "reciente" y, al mismo tiempo, mantener el respeto por
la cronología de las Escrituras. Demasiados (incluso entre los cristianos)
han comprometido la verdad bíblica en este asunto.
- La
información genealógica en el registro bíblico limita la
longevidad del hombre a un lapso de miles de años, no de millones
(Génesis 5; Lucas 3:23ss). Desde el presente hasta la época de Jesús
son poco más de 2,000 años. De Cristo hasta Abraham también transcurrieron
dos milenios. Solo hay veinte generaciones (teniendo en cuenta, por
supuesto, que había una mayor longevidad) de la historia humana desde
Abraham hasta el evento de la Creación. Por lo tanto, no es posible
que el hombre haya estado en este planeta durante millones de años, como
alegan los discípulos de Darwin.
La cronología del dogma evolutivo es falsa. Sin embargo, muchos, aparentemente, no son conscientes de cuánto han absorbido de esta cronología errónea. ¡Esto se aplica la iglesia, a los ministros, e incluso a los profesores universitarios, que deberían haber estudiado el asunto con más cuidado y estar informados, en lugar de ser influenciados por los medios de comunicación superficiales y los defensores más sofisticados del darwinismo!
Perspectiva
histórica
También
es útil tener una imagen general de la cronología bíblica para
poner la historia en perspectiva de desarrollo. El estudiante de la Biblia
debe tener un sentido del flujo histórico. Aquí hay algunos puntos clave
de la cronología bíblica que el estudiante debe aprender.
- Abraham
vivió unos 2,000 años antes de Cristo.
- David
reinó sobre Israel aproximadamente 1,000 años antes de que naciera el
Salvador.
- Jesús
nació alrededor del 5 ó 4 a. C. (este cálculo tiene en cuenta un error en
el calendario primitivo); ahora se cree generalmente que el Señor
murió en el año 30 d. C. La iglesia se estableció cincuenta días después
(Hechos 2).
- Desde
Hechos 2 hasta Hechos 18 (ver vv. 1-2, 12) hay pocos datos seculares que
se conecten con eventos bíblicos de manera precisa. Por lo tanto,
algunas de las fechas, como la conversión de Pablo (Hechos 9), o la
introducción de los gentiles en la iglesia (Hechos 10), es motivo de
cierta especulación, y variará ligeramente de un erudito a otro.
- Pablo
fue ejecutado en Roma alrededor del año 67 d. C., y la ciudad de Jerusalén
fue destruida por los romanos tres años después.
- Juan
escribió el último libro del Nuevo Testamento (Apocalipsis) alrededor del
año 96 d. C.
Conclusión
La
cronología es importante. Y es vital que el estudiante
establezca algún sentido a los contextos históricos en los que se ubican los
eventos bíblicos significativos. Es un grave error descartar la cronología
de las Escrituras como un asunto irrelevante, como lo han hecho muchos.
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