sábado, 12 de mayo de 2012

La "prueba científica" del día extendido de Josué


Algunas “historias” sobreviven por sí solas. No importa cuán frecuentemente sean desacreditadas, aun así sobreviven. Esto es cierto en cuanto a la supuesta “prueba” astronómica para la narración bíblica con respecto al “día extendido de Josué”.

Cuando el ejército israelita estaba involucrado en la conquista de Canaán, Dios intervino sobrenaturalmente en cierta ocasión extendiendo el período de la luz del día de un día de batalla en particular, y así permitió a los hebreos obtener una gran victoria (Jos. 10:12-14). Desde luego, los críticos escépticos se mofan de este relato porque ellos, ipso facto, rechazan los milagros.

Hace un siglo ya, una historia se abrió camino en la atención pública. El profesor C. A. Totten de la Yale University, circuló una anécdota de cómo un colega suyo, un astrónomo, había descubierto la confirmación “científica” del “día extendido de Josué”.

Supuestamente, estudiando los registros de antiguos equinoccios, eclipses, tránsitos, etc., este científico había descubierto un “día perdido” en la historia, el cual pudo posteriormente explicar combinando el relato del día extendido de Josué, junto con el registro de la sombra retrocediendo en el reloj de Ezequías (Isa. 38:7-8). Así que él había descubierto una “demostración” que el registro de la Escritura era científicamente exacto en este aspecto.

El testimonio de Totten se ha repetido frecuentemente. Se ha incorporado en el pequeño volumen de Sidney Collett (valioso en muchos aspectos), All About the Bible [Todo acerca de la Biblia] (New York: Fleming Revell, 1933, pp. 285-286) y un tiempo después (1936) la historia fue publicada en el popular libro de Harry Rimmer, A Harmony of Science and Scripture [Una Armonía de la Ciencia con la Escritura] (Grand Rapids: Eerdmans, 1956 ed., pp. 281-282).

En 1970 la historia tomó un giro más contemporáneo. Comenzaron a aparecer artículos en varias publicaciones afirmando que un caballero llamado Harold Hill, presidente del Curtis Engine Co. de Baltimore, y un “consultor en asuntos del espacio” mantenía en su posesión datos obtenidos del Goddard Space Center los cuales proveían esencialmente la misma información encontrada en la historia de Totten de ocho años antes.

Este relato ha sido repetido recientemente en un gran número de boletines de iglesias, y ha circulado vía e-mail por el internet. Ha pasado de un lado a otro gracias a las buenas personas que, creyendo en su autenticidad, han querido compartirlo con otros.

Aunque, cuando es pesado en la balanza de la evidencia, deja mucho que desear.

Un número de eruditos creacionistas se empeñaron en tratar con esto en 1970 y establecer con certeza los hechos de este caso. En un artículo reciente titulado: “A False Trail for Joshua’s Long Day” [Una falsa huella del día extendido de Josué] el cual apareció en Christian News (19 de junio del 2000, pp. 1, 5-6), el Dr. Erick von Fange ha mostrado cuán falaz es todo este episodio. Por ejemplo, en resumen:

1.       Investigando en el Goddard Space Center se percataron que allí nadie conoce a Harold Hill ni saben de alguna computadora que hubiera trabajado en algo relacionado con el día extendido de Josué. Las declaraciones de uno de los oficiales a cargo fueron que la historia de Hill era, en palabras de von Fange, “una completa invención sin ninguna pizca de verdad.”

2.       Otros eruditos observaron que la tesis original estaba gravemente equivocada, involucrando datos cronológicos que ahora sabemos que son inexactos. Hubo una falta de cualquier cálculo matemático que corroborara sus afirmaciones, y hubo un cierto número de problemas adicionales, de muy seria naturaleza también.

En el análisis final el Dr. Von Fange concluyó:

“No podemos leer las mentes de Totten y Hill o conocer sus motivaciones al contar esas historias. Sabemos que la historia es falsa, aunque no dudamos de la veracidad de estos eventos bíblicos. Los eventos realmente acontecieron. Es desafortunado que algunas personas piensen que esparciendo esta clase de desinformación ayudan a la causa del evangelio”.

Los cristianos están repletos de evidencia a su disposición la cual apoya la veracidad de las Escrituras. No necesitamos defender la fe con “una espada rota”. Ω

1 comentario:

  1. Ok muy buen artículo. Acabo de leerla toda. No necesitamos defender la fe con “una espada rota”.
    Gracias por la información.

    Saludos mi hermano.

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