¿Ordena 1 Timoteo
2:8 que levantemos en alto nuestras manos cuando oramos al Padre? ¿Cómo sabemos
si esto era o no una tradición en el tiempo de Pablo, o algo que deberíamos
practicar hoy?
El estudiante
cuidadoso de la Biblia está al tanto de que hay ciertas condiciones asociadas
con la oración efectiva. Por ejemplo:
1. La oración debe ofrecerse sólo a la Deidad (Mat. 6:9), nunca a los
seres humanos (por ejemplo, a María o a los “santos”).
2. Este modo de comunicación es una de aquellas bendiciones
espirituales que forman parte de esa
relación de estar “en Cristo” (Ef. 1:3; Jn. 15:7; comp. Ro. 6:3-4; Gál.
3:26-27). Así que ésta es un privilegio
cristiano. No hay autoridad en el Nuevo Testamento para que el pecador ore
pidiendo salvación.
3. La oraciones deben ofrecerse con plena confianza y con persistencia
(Stgo. 1:5-8; 1 Tes. 5:17), y en armonía con la voluntad revelada de Dios (1
Jn. 5:14).
Estos y otros
elementos son componentes de las peticiones aceptables para el Señor.
Una postura física específica nunca ha sido
un requisito para una oración aceptable. La oración se puede hacer de pie (1
Sam. 1:26), o de rodillas (1 Re. 8:54). Algunas veces las peticiones fueron
ofrecidas desde una postura postrada (1 Re. 18:42; Mr. 14:35). Alguien pudiera
extender sus manos en oración (1 Re. 8:22; Isa. 1:15), o levantarlas (Job
11:13-14; Sal. 63:4). Pero ni el lugar (público o privado) ni la postura son
elementos cruciales de la oración.
Sin embargo,
levantar las manos en gesto de oración había sido un formato cultural común,
tanto entre paganos como entre judíos y aun entre cristianos. Un monumento de
piedra con dos manos levantadas (reflejando un acto de devoción entre los
canaanitas) fue descubierto en el sitio del antiguo Hazor al norte de Palestina
en 1955.
La “mano” como
órgano importante de la actividad humana, se convirtió en un símbolo importante
en la literatura bíblica. La expresión “la mano de Jehová” significa el poder
del Señor (Isa. 59:1; comp. Hch. 4:28). “Manos que derraman sangre inocente”
(Prov. 6:17) representa a los asesinos, etc.
Así, de manera
similar, “levantando manos santas” (1 Tim. 2:8, énfasis mío)
es una figura de lenguaje que enfatiza que la oración efectiva debe ir
acompañada de una vida consagrada, una vida dedicada al servicio de Dios. El
pasaje no está requiriendo que levantemos las manos cuando estamos orando.
¿Hay algo intrínsecamente
malo en levantar las manos durante la oración? No, en absoluto. Levantar las
manos ni está ordenado ni está prohibido.
Sin embargo, si me
permiten, me gustaría dar mi opinión acerca de este tema.
·
Uno pudiera dar alguna impresión
equivocada en cuanto a si ha habido algún cambio en las convicciones
doctrinales. Por ejemplo, ¿no es común la percepción que este tipo de
demostraciones se asocian frecuentemente con el fenómeno “pentecostal” o “carismático”?
·
Pareciera que algunos piensan que
este tipo de cosas va a “recargar” sus vidas de más espiritualidad. Pero las
mejoras espirituales vienen de una asimilación interna de la palabra de Dios,
no como resultado de la alteración de los movimientos corporales.
·
¿Podría este tipo de demostración
tomarse como algo “presuntuoso” en nuestra cultura? Piense en eso. No hay nada
inherentemente pecaminoso en “golpearse el pecho” (comp. Lc. 18:13) cuando uno
ora, pero sería conveniente no hacerlo públicamente.
Otra vez, como se
ha dicho anteriormente, no hay nada pecaminoso en postrarse en el suelo durante
la oración (Mr. 14:35) pero ¿sería sabio hacerlo en la congregación? Debemos recordar
que la percepción de los demás, y el ejercicio de un buen juicio, es un elemento
importante en la conducta cristiana.
La persona
espiritual debiera tomar estos distintos factores en consideración cuando
decide acerca de cuál postura física es la más apropiada en la oración pública.
Ω
Buenas noches y gracias por explicar tan interesante tema. Estoy de acuerdo con la información presentada pero se me ocurren algunas inquietudes.
ResponderEliminar1. Si el no levantar las manos resulta en una actitud más prudente y sabia basada en las razones que presenta ¿No será el mismo efecto que pudiera darse si las levantamos y uno piensa que es síntoma de más espiritualidad o consagración? Digo esto porque nuestra cultura "cristiana" o religiosa (No católica)por así decirlo esta influenciada por este tipo funciones corporales con excepción del culto de la iglesia de Cristo.
2. Que piensa de la idea de que por ahí levantando las manos al cantar u orar, podríamos irnos en contra o podríamos romper ciertos "tabues" o "costumbres" y "tradiciones" dentro del culto que a la postre estén creando una falsa convicción de que al NO hacerlo estamos haciendo lo correcto.
3. Si yo levanto mis manos al orar y yo encuentro más concentración en mi oración equivalente al cerrar los ojos, lo cual no tiene la misma justificación en las escrituras que el levantar las manos, ¿En que me perjudicaría?
4. ¿No será eso de "no levantar las manos" en la oración un formato aprendido de los misioneros americanos?
De ante mano gracias por la atención prestada a estas inquietudes.