martes, 15 de mayo de 2012

¿Debemos "levantar las manos" cuando oramos?


¿Ordena 1 Timoteo 2:8 que levantemos en alto nuestras manos cuando oramos al Padre? ¿Cómo sabemos si esto era o no una tradición en el tiempo de Pablo, o algo que deberíamos practicar hoy?

El estudiante cuidadoso de la Biblia está al tanto de que hay ciertas condiciones asociadas con la oración efectiva. Por ejemplo:

1.       La oración debe ofrecerse sólo a la Deidad (Mat. 6:9), nunca a los seres humanos (por ejemplo, a María o a los “santos”).

2.       Este modo de comunicación es una de aquellas bendiciones espirituales  que forman parte de esa relación de estar “en Cristo” (Ef. 1:3; Jn. 15:7; comp. Ro. 6:3-4; Gál. 3:26-27). Así que ésta es un privilegio cristiano. No hay autoridad en el Nuevo Testamento para que el pecador ore pidiendo salvación.

3.       La oraciones deben ofrecerse con plena confianza y con persistencia (Stgo. 1:5-8; 1 Tes. 5:17), y en armonía con la voluntad revelada de Dios (1 Jn. 5:14).

Estos y otros elementos son componentes de las peticiones aceptables para el Señor.

Una postura física específica nunca ha sido un requisito para una oración aceptable. La oración se puede hacer de pie (1 Sam. 1:26), o de rodillas (1 Re. 8:54). Algunas veces las peticiones fueron ofrecidas desde una postura postrada (1 Re. 18:42; Mr. 14:35). Alguien pudiera extender sus manos en oración (1 Re. 8:22; Isa. 1:15), o levantarlas (Job 11:13-14; Sal. 63:4). Pero ni el lugar (público o privado) ni la postura son elementos cruciales de la oración.

Sin embargo, levantar las manos en gesto de oración había sido un formato cultural común, tanto entre paganos como entre judíos y aun entre cristianos. Un monumento de piedra con dos manos levantadas (reflejando un acto de devoción entre los canaanitas) fue descubierto en el sitio del antiguo Hazor al norte de Palestina en 1955.

La “mano” como órgano importante de la actividad humana, se convirtió en un símbolo importante en la literatura bíblica. La expresión “la mano de Jehová” significa el poder del Señor (Isa. 59:1; comp. Hch. 4:28). “Manos que derraman sangre inocente” (Prov. 6:17) representa a los asesinos, etc.

Así, de manera similar, “levantando manos santas” (1 Tim. 2:8, énfasis mío) es una figura de lenguaje que enfatiza que la oración efectiva debe ir acompañada de una vida consagrada, una vida dedicada al servicio de Dios. El pasaje no está requiriendo que levantemos las manos cuando estamos orando.

¿Hay algo intrínsecamente malo en levantar las manos durante la oración? No, en absoluto. Levantar las manos ni está ordenado ni está prohibido.

Sin embargo, si me permiten, me gustaría dar mi opinión acerca de este tema.

·         Uno pudiera dar alguna impresión equivocada en cuanto a si ha habido algún cambio en las convicciones doctrinales. Por ejemplo, ¿no es común la percepción que este tipo de demostraciones se asocian frecuentemente con el fenómeno “pentecostal” o “carismático”?

·         Pareciera que algunos piensan que este tipo de cosas va a “recargar” sus vidas de más espiritualidad. Pero las mejoras espirituales vienen de una asimilación interna de la palabra de Dios, no como resultado de la alteración de los movimientos corporales.

·         ¿Podría este tipo de demostración tomarse como algo “presuntuoso” en nuestra cultura? Piense en eso. No hay nada inherentemente pecaminoso en “golpearse el pecho” (comp. Lc. 18:13) cuando uno ora, pero sería conveniente no hacerlo públicamente.

Otra vez, como se ha dicho anteriormente, no hay nada pecaminoso en postrarse en el suelo durante la oración (Mr. 14:35) pero ¿sería sabio hacerlo en la congregación? Debemos recordar que la percepción de los demás, y el ejercicio de un buen juicio, es un elemento importante en la conducta cristiana.

La persona espiritual debiera tomar estos distintos factores en consideración cuando decide acerca de cuál postura física es la más apropiada en la oración pública. Ω

1 comentario:

  1. Buenas noches y gracias por explicar tan interesante tema. Estoy de acuerdo con la información presentada pero se me ocurren algunas inquietudes.
    1. Si el no levantar las manos resulta en una actitud más prudente y sabia basada en las razones que presenta ¿No será el mismo efecto que pudiera darse si las levantamos y uno piensa que es síntoma de más espiritualidad o consagración? Digo esto porque nuestra cultura "cristiana" o religiosa (No católica)por así decirlo esta influenciada por este tipo funciones corporales con excepción del culto de la iglesia de Cristo.
    2. Que piensa de la idea de que por ahí levantando las manos al cantar u orar, podríamos irnos en contra o podríamos romper ciertos "tabues" o "costumbres" y "tradiciones" dentro del culto que a la postre estén creando una falsa convicción de que al NO hacerlo estamos haciendo lo correcto.
    3. Si yo levanto mis manos al orar y yo encuentro más concentración en mi oración equivalente al cerrar los ojos, lo cual no tiene la misma justificación en las escrituras que el levantar las manos, ¿En que me perjudicaría?
    4. ¿No será eso de "no levantar las manos" en la oración un formato aprendido de los misioneros americanos?
    De ante mano gracias por la atención prestada a estas inquietudes.

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