miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Están condenados todos los que se vuelven a casar?

Hay numerosos y distintos puntos de vista en la “cristiandad” con respecto al asunto del divorcio y las nuevas nupcias. Una idea noble es la que afirma que el Nuevo Testamento no permite ninguna causa para el divorcio y las nuevas nupcias. Esta es la posición de la Iglesia Católica Romana. “Un matrimonio cristiano válido, si ha sido consumado, no puede ser disuelto mediante ningún poder humano ni por alguna otra causa distinta a la muerte” (Attwater 1961, 153).

Sin embargo, esta es una declaración engañosa ya que la “ley eclesiástica” tiene fisuras jurídicas que permiten la disolución de un matrimonio, y una posterior unión, si las partes son lo suficientemente destacadas en los círculos aristócratas y si cuentan con el poder financiero para patrocinar el gasto. En 1926 el duque de Marlborough y Consuelo Vanderbilt anularon su matrimonio católico sobre la base que ella había sido presionada a casarse. Cuando se dio esta anulación, ellos ya llevaban treinta y tres años casados (Wilder 1959, 125).

Aunque unos cuantos dentro del cuerpo de Cristo han tratado de argumentar a favor de una posición anti-divorcio-y-nuevas-nupcias, su esfuerzo es fútil. Cuando Jesús prohibió el divorcio y las nuevas nupcias, “excepto por fornicación”, Él implicó claramente que se podría obtener un divorcio bíblico, y un posterior matrimonio para la parte inocente, si la causal era la infidelidad. El privilegio de nuevas nupcias para la víctima de un matrimonio mancillado sexualmente es una sólida inferencia lógica obtenida de Mat. 5:32; 19:9. Lenski observó que esta es una “implicación demasiado clara” para que no haya confusión. “Solamente los católicos romanos y otros cuantos niegan que pueda haber nuevas nupcias para la parte inocente” (1943, 734).

R. T. France señala que los judíos, a quienes Jesús hablaba (19:1ss), habrían entendido naturalmente que un divorcio legítimo implicaba el derecho a volver a casarse. La “carta de divorcio” estándar (comp. Mat. 19:7) autorizaba explícitamente el derecho a nuevas nupcias. “El mundo judío no sabía nada de una separación legal que no permitiera un nuevo matrimonio” (2007, 212).

Algunos contienden que ya que otros pasajes no incluyen la “excepción” de la fornicación (por ejemplo, Mr. 10:11-12; Lc. 16:18;  Ro. 7:2-3), el peso de la evidencia está contra la frase en el registro de Mateo. Sin embargo, los relatos en Mateo 19 y Marcos 10 se refieren al mismo incidente, y los registros inspirados no se contradicen unos a otros. Mateo simplemente amplió el registro de Marcos.

Múltiples pasajes frecuentemente se complementan unos a otros. Marcos 16:16 menciona solamente el “creer” y el “bautismo” como condiciones para la salvación, sin embargo, Hechos 2:38 demanda “arrepentimiento”. Por consiguiente, uno debe concluir que los tres requisitos son parte del plan de redención. Debe reconocerse que la “suma” de la voluntad de Cristo no está determinada por un limitado segmento del Nuevo Testamento que ha sido separado de otros datos acerca del mismo asunto (Sal. 119:160).

Un escritor ha intentado argumentar, sobre una base textual, que Mateo 19:9 no provee una justificación para las nuevas nupcias por parte del cónyuge inocente. Él alega que la composición común de Mateo 19:9 refleja una corrupción post-apostólica de la instrucción original del Señor.

LA TEORÍA McFALL
Un ensayo reciente por el escritor Leslie McFall generó interés en algunos estudiantes de la Biblia. McFall trata de desacreditar la traducción de Mateo 19:9 en nuestras versiones comunes. Él alega que Erasmo (1466-1536), un sacerdote católico, en su construcción del griego del Nuevo Testamento, alteró el texto del Mateo 19:9 para permitir la excepción de la “fornicación”. Él asegura que el texto debería leerse así: “Pero yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, aunque sea por fornicación, y se casa con otra, adultera. Y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”.

Esto afirmaría que no hay causal (ni siquiera la fornicación) para un divorcio y un segundo matrimonio. Supuestamente, la duplicidad de Erasmo al alterar la fraseología de Mateo 19:9 ha corrompido prácticamente a todas nuestras versiones de la Biblia. Este artículo no es una refutación punto por punto del ensayo de noventa y un páginas de McFall. Sin embargo, va dirigido al corazón mismo de sus argumentos. Aquí están los hechos:

Erasmo tenía solamente ocho manuscritos griegos, y estos eran de una fecha relativamente tardía (Schaff, 1916, 166-167). Ahora hay cientos de manuscritos griegos, incluyendo algunos de los más antiguos en existencia, los cuales leen me epi porneia, “excepto sobre la base de una fornicación” (19:9; comp. Robertson, 1925, 219). Estos textos precedieron a Erasmo por siglos. Así que, cualquier divorcio, excepto por motivo de fornicación, es inválido. La evidencia textual está reflejada en nuestras versiones modernas.

Varios de los “padres de la iglesia” ante-nicenos (es decir, antes del 325 d. C.) hicieron referencias a uno o a los dos pasajes de Mateo que contienen la instrucción de Cristo con respecto al divorcio y las nuevas nupcias.

1.      Clemente de Alejandría. (195 d. C.). “No repudiarás a tu esposa excepto por motivo de fornicación” (ANF 2.379).

2.      Tertuliano. (207 d. C.). Jesús prohíbe el divorcio, “excepto por motivo de fornicación” (ANF 4.45). Y en otra parte afirma que Cristo “permite el divorcio cuando el matrimonio es mancillado con la infidelidad” (ANF 3.405). Él permite el divorcio “sólo por un motivo” (ANF 4.66).

3.      Novaciano. (235. D. C.). Afirma que “una esposa no debe repudiar a su esposo, a menos que sea por adulterio” (ANF 5.589).

4.      Orígenes. (245 d. C.). “El Salvador no permite la disolución del matrimonio por ninguna otra causa que la fornicación solamente” (9:511).

Nuevamente debe enfatizarse que estos hombres tuvieron acceso a manuscritos griegos que precedieron por cientos de años a Erasmo.

Jerónimo produjo su Nuevo Testamento “Vulgato” en el siglo cuarto d. C. Los relatos de los Evangelios aparecieron en el 383. Jerónimo utilizó tanto manuscritos en griego como en latín antiguo. Sus traducciones antecedieron por siglos a Erasmo. La Vulgata en Mateo 19:9 dice:

Y yo les digo, que cualquiera que repudia a su esposa, excepto por fornicación, y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Esto debiera ser suficiente para ilustrar la falacia del “argumento de Erasmo”.

LOS PADRES DE LA IGLESIA
Algunos citan a los “padres de la iglesia” argumentando que las nuevas nupcias después de un divorcio, no eran permitidas en la era post-apostólica. Pero hubo una creciente tendencia en esa era para desanimar a la gente de casarse en general (comp. 1 Tim. 4:3; Keener, 1997, 713). Algunos de los “padres” hasta se oponían a las nuevas nupcias de las viudas y viudos (contra 1 Tim. 5:14). El matrimonio era caracterizado como una “servidumbre”. La abstinencia, aun dentro del matrimonio, era aconsejable (Neander, 1880, II.363). El argumento de los “padres” no tiene peso.

LA ERUDICIÓN CONSERVADORA
Considere el siguiente testimonio.

·         “Es dado por hecho casi universalmente por comentaristas y moralistas que la parte inocente en esta clase de divorcio puede casarse de nuevo” (McGarvey, 1875, 56).

·         “Jack Lewis decía que quienes niegan la cláusula de excepción: “No tienen una base textual para alegar en contra de la autenticidad de la cláusula”. “La misma tiene el apoyo de toda la evidencia en manuscritos” (1976, 1.92; 2.67).

·         Robertson observa: “Es claro que Mateo representa a Jesús en ambos lugares [5:32; 19:9] permitiendo el divorcio por fornicación” y las nuevas nupcias para la parte inocente, pero no para el culpable” (1930, I.155).

·         Carson tiene una extensa discusión sobre este asunto de Mateo 19:9; él concluye: “No puede haber duda que la cláusula de excepción es original” (1984, 413). Y continúa: “No hay un motivo abrumador por el cual las cláusulas de excepción, tanto aquí como en 5:32 no sean auténticas” (418).

·         Blomberg insiste en que la frase de Mateo: “debe considerarse como una excepción genuina” (1992, 292).

El punto de vista defendido por algunos escritores en años recientes (por ejemplo, Gordon Wenham, William Heth, Charles Ryrie, J. Carl Laney, and Leslie McFall) de que el Nuevo Testamento condena todo matrimonio que sigue a un divorcio, está desprovisto de evidencia creíble.

Es pecaminoso hacer una ley donde Dios no lo hace, igual que ignorar una ley que Dios ha dado. Los hombres han errado en ambas direcciones en la controversia acerca del divorcio y nuevas nupcias.

Heth más tarde repudió la posición no-divorcio/no-segundo matrimonio. Vea: Remarriage After Divorce in Today’s Church [Nuevas Nupcias después del Divorcio en la iglesia de Hoy]. G. Wenham, W. Heth, C. Keener. Grand Rapids: Zondervan. 2006. Ω

BIBLIOGRAFÍA
  • ANF – Ante-Nicene Fathers. Alexander Roberts & James Donaldson, eds. Peabody, MA: Hendrickson. 10 Vols. 1995.
  • Attwater, Donald. A Catholic Dictionary. New York: The Macmillan Co. 1961.
  • Blomberg, Craig. Matthew – The New American Commentary. Nashville: Broadman. 1992.
  • Carson, D.A. The Expositor’s Bible Commentary. Grand Rapids: Zondervan. 1984.
  • France, R.T. The Gospel of Matthew. Grand Rapids: Eerdmans. 2007.
  • Keener, C.S. Dictionary of the Later New Testament & Its Developments. R. Martin, P. Davids, eds. Downers Grove, IL: InterVarsity. 1997.
  • Lenski, R.C.H. The Interpretation of Matthew. Minneapolis: Augsburg. 1943.
  • Lewis, Jack. “Matthew” Living Word Commentary. Austin: Sweet. Vols. 1-2. 1976.
  • McFall, Leslie. “The Biblical Teaching on Divorce and Remarriage.” June 22. http://www.btinternet.com/~lmf12/. 2009.
  • McGarvey, J.W. Commentary on Matthew & Mark. Des Moines: Eugene Smith (Reprint). 1875.
  • Neander, Augustus. History of Planting and Training of the Christian Church. London: Bell & Sons. Vol. 2. 1880.
  • Robertson, A.T. Introduction to the Textual Criticism of the New Testament. Nashville: Broadman. 1925.
  • Robertson, A.T. Word Pictures in the New Testament. Nashville: Broadman. Vol. 1. 1930.
  • Schaff, Philip. Theological Propaedeutic. New York: Scribners. 1916.
  • Wilder, John B. The Other Side of Rome. Grand Rapids: Zondervan. 1959.

1 comentario:

  1. Muy provechoso el artículo. Tal vez puedas abordar el argumento (no si lo has hecho en otro artículo) que dice que los evangelios eran parte del Antiguo Testamento y que por tanto no son ley para la iglesia por lo cual la salvedad que hace Jesús en Mateo y que Pablo no repite no es una alternativa para un nuevo matrimonio. Bendiciones.

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