sábado, 25 de febrero de 2012

La Reprobación de Pablo hacia el "Culto voluntario"

La iglesia en Colosas era perturbada por un movimiento herético que comprometía seriamente la integridad del evangelio de Cristo. Era un conglomerado que consistía en la mezcla de judaísmo, ascetismo (abuso radical del propio cuerpo) y proto-Gnosticismo. Para una discusión más extensa, lea Lightfoot (71-111).

Un aspecto de la herejía, descrita por Pablo, era este: “Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.” (Col. 2:23, Reina-Valera 1960). De especial interés es el término “culto voluntario”. Viene de la palabra griega compuesta ethelothreskeia, la cual tiene dos raíces, ethelo, “a voluntad”, y threskeia, “lo que tiene que ver con un culto religioso”.

Primero nos enfocamos en el término ethelo, “a voluntad, voluntario”. Algunos sugieren que éste transmite la idea de ser “sorprendido con la mente” a tener que resolver o determinar en un dado asunto, quizá con una inclinación impulsiva lo opuesto a una deliberación bien calculada (comp. Thayer, 285-286). En el griego clásico ethelo se usaba como prefijo para varios componentes que sugerían la idea de una acción voluntaria, como un agente voluntario, o la voluntariedad ante el peligro (Vincent, 912). El escritor interpreta el término como “culto de auto-elección”.

Los afamados eruditos en papiros griegos, Moulton y Milligan sugirieron que la forma particular usada en el texto de Colosenses fue acuñada por el mismo Pablo (181). Pareciera haber un consenso general entre los eruditos en cuanto al significado del término. Citamos el siguiente testimonio para aquellos que no tienen acceso a muchas herramientas que tratan este asunto.

La traducción Génova (1557) traduce la palabra como “voluntarie worshipping” [“adoración voluntaria”], con el texto usando “voluntaria” en el sentido de “arbitraria”. La misma versión en  la edición de 1560 tiene esta nota al margen: “aquella que los hombres habían elegido según sus fantasías” (Hastings, IV.923). En otras palabras, es una “adoración inventada”. Es una “adoración que se origina en la voluntad del hombre, en oposición a la voluntad divina, son actos religiosos arbitrarios, indignos a pesar de lo dificultoso de su realización” (Orr, V.3085).

J. B. Lightfoot lo llamó un “servicio autoimpuesto, más allá de lo que requiere el deber, oficioso” (204), y F. F. Bruce declara que tal servicio “contrasta con el servicio espiritual que los verdaderos cristianos disfrutan en armonía con la voluntad de Dios, que es ‘buena, agradable y perfecta’ (Ro. 12:1-2), esta “supuesta religión” es un “culto inventado” (128). Hasta Juan Calvino llamó a esta adoración “la que los hombres escogen como su opción sin autorización de parte de Dios” (202).

J. H. Thayer describió el término “culto voluntario” como: “Es una adoración que alguien concibe y prescribe para sí mismo, contraria a los contenidos y naturaleza de la fe que debiera estar dirigida a Cristo…” (168). W. E. Vine caracterizó la acción ambiciosa como “adoración adoptada voluntariamente, aunque no esté ordenada o esté prohibida” (IV.236). Vine estaba siguiendo la obra de Cremer (733). En las palabras de otro, “es una forma de adoración que el hombre inventa por sí mismo” (Carson, 79), “una religión inventada por sí misma” (Mounce, 1131). Everett Harrison la describió como una adoración “no prescrita por Dios sino solamente por (la voluntad) del hombre” (72).

En la obra editada por Kittel, Schmidt dice que la adoración voluntaria es: “Un culto que se escoge libremente, el cual ni ha sido ordenado ni prohibido” (Kittel, III.159). En otras palabras, puede que no haya sido ordenado (es decir, autorizado), y que no esté explícitamente prohibido, de manera que si se realiza es una innovación. Lenski dice que es “una adoración auto-impuesta que es llevada a cabo por quienes la quieren y no es el tipo de adoración que quiere Dios” (144). La “devoción no estaba autorizada u ordenada por Jesucristo sino que era estimulada por los dictados de un corazón degenerado” (Pinnock, IV.195).

El erudito británico, Nigel Turner, sugiere que es una forma de religión “que falla en mantener el verdadero objeto de adoración y en lugar de Cristo selecciona sus propios objetos”. Él la llama una “adoración descontrolada”. Es una adoración de “libre elección” en lugar de ser una elección divina (493). La respetada obra de Balz y Schneider define ethelothreskia como “culto auto-impuesto , adoración superflua” (I.381). otra fuente erudita describe el error como “religión auto fabricada, una religión hazla-tú-mismo, religión idiosincrática” (Danker, y otros, 276; véase también Hendriksen, 132). Ellicott asevera que el término claramente refleja “un servicio auto-impuesto, arbitrario” (181).

LOS INNOVADORES MODERNOS
Contrario a la censura del “culto voluntario” por un escritor inspirado, existen los sectarios modernos arengan que “Dios no ha pronunciado una fórmula para su adoración” (F. Blakely, 14). O también hay la absurda noción  que “en ningún caso ellos (los apóstoles) dieron directrices para la adoración congregacional” (G. Blakely, 37). Debido a esto se han propuesto una variedad de “cambios” absurdos para acomodarse a las nuevas “tendencias” en los tipos de culto “cristiano”, por ejemplo, las muchas innovaciones del catolicismo, del protestantismo y de ciertos apóstatas dentro del cuerpo de Cristo.

Por ejemplo, un escritor afirma que “NO sería pecado o algo antibíblico tener ’carne y frijoles, ‘dulce y helado’, o cualquier otro alimento sano y útil en ‘la Cena del Señor’ como ayuda durante la adoración (Winder, 123). Otros han argumentado que la comunión puede ofrecerse cualquier día de la semana; el tema es algo banal (Hook, 17). Más recientemente (Diciembre 2006) ha habido aquellos sermones descarados e infames presentados por Rick Atchley de la Richland Hills Church (Richland Hills, Texas) en los cuales se hacían el anuncio, en el caso afirmado, que la Cena del Señor y el uso de la música instrumental sería incorporado al servicio dominical para aquellos que adoran de esa manera. Su filosofía es: ¡Sencillamente escoge tu propio formato para el servicio de comunión y la música congregacional! (Para una refutación, véase Miller).

Innovadores como ese podríamos mencionar hasta el aburrimiento. Tales desviaciones de la verdad bíblica ignoran el mandato del Salvador que la adoración debe hacerse en armonía con el patrón sagrado de la verdad (Jn. 4:24; 17:17).

CARACTERÍSTICAS DEL CULTO VOLUNTARIO
Tras la apostasía del “culto voluntario” hay varias disposiciones impías: (1) El culto voluntario es arrogante y autocrático. Refleja la actitud auto-inflada de Jeroboam el hijo de Nabat quien diseñó un formato de culto “según su corazón” por medio del cual “hizo pecar a Israel” (1 Re. 14:16). (2) El culto voluntario es una forma de rebelión. Es una reminiscencia de aquellos días de los jueces de Israel cuando todos hacían “lo que les parecía bien ante sus propios ojos” (Jue. 17:6). (3) El culto voluntario es esclavizante. Un sentido de autodeterminación es corruptor, intoxicante y finalmente autodestructivo.

Albert Barnes, el erudito presbiteriano, comentó acerca de la disposición de quienes están a favor del culto voluntario.

Una gran parte de las corrupciones en religión han surgido de este plausible pero engañoso argumento. Dios sabía mejor qué cosas [eran] más conductivas a la piedad para que su pueblo las observara; y estamos mucho más seguros cuando estamos lo más cerca de lo que Él ha designado, y no observar más día u ordenanzas que aquellas dadas por Él (271).

¡Prepárense para el juicio, todos aquellos que laboran bajo la ilusión que pueden ajustar el patrón de adoración de Dios para acomodarla a sus pasiones carnales! Ω

BIBLIOGRAFIA
  • Balz, Horst & Gerhard Schneider. Exegetical Dictionary of the New Testament. Grand Rapids: Eerdmans: 1990.
  • Barnes, Albert. Ephesians, Philippians, and Colossians. Grand Rapids: Baker. 1957.
  • Blakely, Fred. The Banner of Truth. June. 1987.
  • Blakely, Given. Highers-Blakely Debate. Denton: Valid Publications. 1988.
  • Bruce, F. F. Colossians, Philemon, & Ephesians. Grand Rapids: Eerdmans. 1984.
  • Calvin, John. Paul’s Epistles to the Galatians, Ephesians, Philippians, & Colossians. Grand Rapids, Eerdmans, 1965.
  • Carson, Herbert. The Epistles of Paul to the Colossians and Philemon. Grand Rapids: Eerdmans. 1979.
  • Cremer, Hermann. Biblico-Theological Lexicon of New Testament Greek._ Edinburgh: T. & T. Clark. 1895.
  • Danker, F. W. et al. A Greek-English Lexicon of the New Testament. Chicago: University Press. 2000.
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  • Harrison, Everett. Colossians – Christ All-Sufficient. Chicago: Moody, 1971.
  • Hastings, James. Dictionary of the Bible. Edinburgh: T. & T. Clark. 1902.
  • Hendriksen, William. Philippians, Colossians, Philemon. Grand Rapids: Baker. 1979.
  • Hook, Cecil. Free in Christ. New Braunfels, TX: Hook. 1984.
  • Kittel, Gerhard. Theological Dictionary of the New Testament. Grand Rapids: Eerdmans.1965.
  • Lenski, R. C. H. Colossians, Thessalonians, Timothy, Titus & Philemon. Minneapolis: Augsburg. 1937.
  • Lightfoot, J. B. Paul’s Epistles to the Colossians and to Philemon. London: Macmillan. 1892.
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  • Moulton, J. H. and George Milligan. Vocabulary of the Greek New Testament. London: Hodder & Stoughton. 1930.
  • Mounce, William. Complete Expository Dictionary of New Testament Words. Grand Rapids: Zondervan. 2006.
  • Orr, James, ed. The International Standard Bible Encyclopedia. Grand Rapids: Eerdmans. 1939.
  • Pinnock, Clark. International Standard Bible Encyclopedia – G. Bromiley, ed. Grand Rapids: Eerdmans, 1985.
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  • Turner, Nigel. Christian Words. Nashville: Thomas Nelson. 1982.
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  • Vine, W. E. See: “Worshipping.” Expository Dictionary of New Testament Words. Grand Rapids: Zondervan, 1952.
  • Winder, F. J. Music of the Saints. Milwaukie, OR: Restoration Press. n.d.

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