martes, 11 de noviembre de 2014

¿Es la “Masonería” una institución religiosa?

Si todas las organizaciones religiosas fueran aprobadas por Dios, entre aquellas con las que uno se podría identificar, la masonería sería la mejor de ellas.

Si, por otro lado, el Señor honra únicamente un organismo de redención —la iglesia que Él planeó, y por la cual su Hijo murió (Hch. 20:28) entonces se seguiría que la afiliación con cualquier sistema religioso diseñado por el hombre sería una desviación de la voluntad de Dios.

Ocasionalmente se nos pregunta acerca de la naturaleza de la Francmasonería o masonería (La Logia Masónica). ¿Es esta institución simplemente una inocente organización fraternal a la cual un cristiano puede unirse sin culpa en ello? ¿O participa ésta de una naturaleza religiosa?

Hay quienes —aun entre los cristianos— argumentan que no hay nada intrínsecamente malo con la logia masónica.

Cualquier cuidadoso estudiante de la Masonería descubrirá, mediante una exhaustiva investigación, que la institución es religiosa en muchos aspectos. El siguiente testimonio de una competente autoridad masónica aportará amplia evidencia del carácter religioso de esta llamada “sociedad secreta”.

Testimonio másonico

El Dr. Albert G. Mackey era quizá la autoridad masónica más reconocida que ha existido. Su monumental Enciclopedia de la Francmasonería es una obra estándar entre los masones. De este volumen cito:

No estoy dispuesto a limitarme, en cuanto al asunto del carácter religioso de la masonería, tanto como lo han hecho los hermanos tímidos. Por el contrario, Yo contiendo, sin ningún tipo de titubeo, que la Masonería es, en el completo sentido de la palabra, excepto uno, una institución filosófica en una medida menor pero eminentemente religiosa. Que sin duda es debido a este elemento religioso que debemos su origen y continuada existencia, y que sin este elemento religioso apenas sería digna de cultivo por parte de los sabios y los buenos (1874, p. 640).

Charles Albert Snodgrass, un masón 32Â, escribió:

Pocos masones, si acaso algunos, sin importar su rango o nivel, han aprendido mucho de su profunda filosofía, su significado religioso o fe, o sus verdades científicas y espirituales (Light From the Sanctuary of the Royal Arch, p. ix).

El señor Snodgrass incluso llegó a afirmar que la Masonería es “una fraternidad de enseñanza espiritual y fe mediante alegorías y ciencia moral por medio de símbolos” (p. xvi). “Su propósito es inculcar la debida reverencia hacia el Supremo Dios y la verdadera hermandad entre los hombres” (p. 162). Estas citas hablan elocuentemente.

Otra autoridad es aún más explícita

Por consiguiente nos vemos conducidos inevitablemente a la conclusión de que la Masonería no es de origen humano sino divino… Ahora, hermanos, percatémonos de que Dios es el Autor de nuestra gran y gloriosa institución, que Sus divinas verdades fueron reveladas por Él a los más antiguos representantes de nuestra hermandad — que estos principios dados por Dios han sido expuestos y practicados en cada época del mundo, y que la Masonería es infinita, eterna y espiritual y que para ser masón ciertamente y en verdad el espíritu de la masonería debe morar dentro de nosotros, y dominar nuestras vidas (Taylor-Hamilton Monitor of Symbolic Masonry, pp 14, 20).

En una edición de la revista La Nueva Era, el periódico oficial de los Ritos Masónicos Escoceses, se asegura que a los masones “se les enseña que deben construir un templo más durable que los de granito o mármol — un templo compuesto de piedras vivas, un edificio espiritual, una casa no hecha con manos, eterna en los cielos” (Abril, 1953, p. 228)

Una comparación de esta cita con 2 Corintios 5:1 y 1 Pedro 2:5 revelará que es escritor masónico sacó sus descripciones de la Biblia.

Citas similares a las anteriores podríamos mostrar por montones. Sin embargo, seguramente éstas serán suficientes para establecer claramente que los eruditos líderes de la fe masónica consideran que su sistema es una religión, y ninguna persona informada puede negarlo.

Simbolismo Masónico

Aun sin las confesiones previas de parte de las autoridades masónicas, una consideración de los múltiples símbolos que son parte de la fábrica de la masonería revelaría la esencia religiosa del sistema.

El dirigente de una logia local es denominado “Venerable Maestro” (en contraste con Mat. 23:8-10), y entre otros títulos, están los de “Primer Diácono” y “Segundo Diácono”. Entre los “cristianos” masónicos, el Venerable Maestro es un símbolo del Redentor Jesucristo (Snodgrass, p. 47)

Existen 33 grados en la masonería, comenzando con El Aprendiz y que finalizan en el Soberano Gran Inspector General. Los primeros tres grados son conocidos como la masonería azul. Estos tres grados son muy importantes, al punto de que como Snodgrass lo expresa, ellos son “donde comenzamos a ver la luz” (p. 40)

¿Puede usted imaginarse a un cristiano con veinte años de vida espiritual, uniéndose a una logia masónica y tener que confesar que ahora es “comienza a ver la luz”? ¿Cómo podría armonizar una confesión así con Colosenses 1:13?

Cuando los masones logran el grado de Aprendiz, se les dice que han pasado de las tinieblas a la luz. Al alcanzar el segundo grado, se afirma que tal ha pasado de la ignorancia al conocimiento (Tennessee Craftsman, p. 38)

Nuevamente pregunto, ¿cómo podría un hijo de Dios participar en tal burla de las Escrituras?

El tercer grado de la masonería, conocido como el Maestro, está basado en el alegado asesinato de Hiram Abiff, un ciudadano de la antigua fenicia, quien era un contemporáneo del rey Salomón de Israel.

Según el Antiguo Testamento, el rey de Tiro envió a Hiram a asistir a Salomón en la edificación del templo. La tradición masónica alega que Salomón, el rey de Tiro y el arquitecto Hiram entraron en un solemne acuerdo de nunca revelar la “palabra” secreta del Maestro (una contraseña), hasta que el templo fuera terminado. ¡Supuestamente esta palabra era el verdadero nombre de Dios!

Según continúa el relato masónico, un día, antes de la terminación del templo, Hiram fue atacado por tres trúhanes quienes le exigieron la revelación de la palabra secreta. Cuando él se rehusó, fue asesinado. En la ceremonia masónica, el Venerable Maestro, jugando el rol de Salomón, levantará a Hiram (representado por un candidato) de entre los muertos, usando un secreto apretón de manos designado como “la uñada del león”, para luego administrarle los “cinco puntos de la comunión”.

Pero la historia masónica contradice a la genuina historia bíblica. En el Antiguo Testamento, el registro es claro en cuanto a que Hiram finalizó la obra a la que se le asignó en la edificación del templo (vea 1 Reyes 7:40; 2 Crón. 4:11). Él no fue asesinado antes de esto, como lo cuenta la leyenda masónica.

El salón de la Logia Masónica usualmente se localiza en un Aposento Alto ya que los lugares en alto son sagrados y peculiarmente apropiados para los propósitos religiosos (Tennessee Craftsman, p. 19). El salón de la logia supuestamente representa el universo mientras que el techo de la logia representa el cielo “donde todos los masones esperan llegar al final” (Tennessee Craftsman, p. 21) — incluyendo a los judíos masones, musulmanes masones, etc. ¿Cómo podría un cristiano apoyar un error así?

El símbolo masónico, incluyendo la escuadra, el compás y la letra “G” es un ejemplo adicional del carácter religioso del sistema masónico. El compás significa “la fe” y la escuadra “la razón” (Snodgrass, p. 28). La “G” representa a la Geometría; finalmente es una referencia al “Gran Geometrista del Universo” (Mackey, p. 302), es decir, Dios. El compás está en los 60º haciendo un triángulo equilátero, el cual se considera “sagrado” (New Age, p. 209)

El delantal masónico, el cual se usa en ceremonias, funerales, etc., mide aproximadamente 14 pulgadas de ancho y 12 de largo. Es blanco (como emblema de la inocencia y la pureza) y es fabricado con piel de cordero, lo cual también representa la inocencia (Mackey, p. 302). Al recibir el delantal a los masones se les dice:

Si lo llevas sin mancha ni tacha, serás recibido en las puertas de perlas del cielo y serás presentado con la túnica blanca y pura de la justicia, la cual reluce en resplandor, incrementando en gloria hasta el día perfecto (Tennesse Craftsman, p. 60)

Tal sentimiento ignora los requisitos del evangelio, y refleja un irrespeto hacia la verdad bíblica.
Evidencia adicional del peso religioso de la Francmasonería se ve en los ritos del bautismo y la comunión masónica

El ‘Bautismo masónico’ es simplemente una lustración o purificación mediante agua, una ceremonia que fue común en todas las antiguas iniciaciones (Mackey, p. 107)

¿Qué clase de purificación necesitará alguien buscar mediante la masonería que no esté ya establecida en el sistema redentor de Jesucristo?

Con respecto a la comunión masónica, Mackey escribe:

El pan y el vino consagrado, es decir aquellos que no se usan como un simple alimento, sino que se hacen sagrados al representar el vínculo de hermandad, y el comer y beber de lo que algunas veces llamamos “La Comunión de los Hermanos”, se encuentran en uno de los más altos grados, tales como la Orden del Sumo Sacerdocio en el Rito Estadounidense (p. 126)

Conclusión
No creo posible que un lector honesto pueda dar una revisión al material anterior y no ver que el sistema masónico es eminentemente religioso, y que como tal está con contradicción con el cristianismo.

Ningún cristiano debería desear convertirse en un masón. Y aun cuando muchos, indudablemente con gran sinceridad, se han unido a este cuerpo, no percatándose de la naturaleza religiosa de este organismo, cualquier cristiano que mantenga su membresía allí debe abandonarla inmediatamente. El verdadero cristianismo no permite compromisos de ese tipo. Ω

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